En la expansión de Tesla hacia México con su gigafábrica, la compañía busca replicar el éxito de su ecosistema de proveedores de Shanghai, invitando a compañías chinas de componentes de autos a establecer operaciones en el país. Este movimiento sugiere un esfuerzo significativo por parte de Tesla para asegurar una cadena de suministro robusta para su nueva instalación en Monterrey, Nuevo León. La gigafábrica, que representa una inversión de diez mil millones de dólares, promete una capacidad de producción anual de dos millones de vehículos y la creación de aproximadamente 7,000 empleos, lo que la hace más grande de lo inicialmente anunciado.
Al menos siete compañías chinas listadas en la bolsa han anunciado planes para expandirse en México, lo que indica la importancia de la nueva instalación de Tesla en el país. Entre ellas, Xusheng Group y Zhejiang Sanhua Intelligent Controls están planificando inversiones significativas para la producción de partes de autos eléctricos, lo cual resalta la confianza en el mercado mexicano como un punto estratégico para la manufactura y exportación de componentes automotrices.
Este enfoque en México no solo refleja la estrategia de Tesla para asegurar la eficiencia en su cadena de suministro, sino que también destaca el atractivo de México como un centro de manufactura para la industria automotriz global, beneficiándose de su posición geográfica y de acuerdos comerciales estratégicos. La presencia de proveedores chinos en México puede considerarse un testimonio del crecimiento de la industria de autopartes en el país, ofreciendo una nueva perspectiva sobre el panorama de la manufactura automotriz en México, que va más allá de la simple importación de componentes chinos.
Este desarrollo podría tener un impacto significativo en el mercado de autopartes en México, potencialmente aumentando la competitividad y la capacidad de innovación dentro de la industria local. La decisión de Tesla de fomentar un ecosistema de proveedores en México, similar al de su Gigafábrica en Shanghai, indica un voto de confianza en la capacidad de manufactura del país y su posición estratégica para servir al mercado norteamericano.