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ESTA INDUSTRIA ES LA SEGUNDA MÁS CONTAMINANTE A NIVEL GLOBAL DETRÁS DE LA INDUSTRIA PETROLERA, SEGÚN DATOS PROPORCIONADOS POR LA ONU

El mundo entero se ha visto afectado por la crisis ambiental ocasionada por la contaminación, el deterioro de los ecosistemas y la explotación de recursos naturales. Bajo este contexto, la industria de la moda aceptó el desafío de desarrollar un modelo sostenible que permita la reducción del impacto ambiental.

En este sentido, surge la tendencia slow fashion, que busca la constante innovación en los materiales textiles usados en la elaboración de prendas y accesorios. De igual manera, la moda sostenible promueve la reutilización de la materia prima y de los artículos fabricados con anterioridad.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el sector textil es responsable del 30% de los residuos plásticos en los océanos. Por este motivo, diferentes organizaciones dedicadas a este tipo de actividades han establecido nuevas formas de producción impulsadas por clientes ecológicamente responsables.


MATERIA PRIMA SUSTENTABLE

La industria de la moda involucra la extracción de materias primas, la gestión de residuos, el proceso de fabricación y la distribución de las prendas. Las materias primas del sector textil emanan de recursos naturales renovables (fibras textiles naturales) y no renovables (fibras textiles sintéticas).

Dentro de las fibras textiles naturales, procedentes de la agricultura o ganadería, se encuentran el algodón, el lino, la lana, el cuero, etcétera; mientras que, las fibras textiles sintéticas o artificiales como el poliéster, acetato, nylon, entre otras, provienen de diversos productos derivados del petróleo.

En los últimos años, la moda sostenible ha fomentado la innovación en el desarrollo de diferentes textiles solucionando la necesidad de materiales sustentables dentro de la industria.


SEDA DE NARANJA

Adriana Santanocito y Enrica Arena, diseñadoras de origen italiano, lograron convertir los desechos cítricos, a través de nanotecnología, en tejidos biodegradables similares a la seda en materia de aspecto y calidad.

Los hilos son suaves, ligeros y opacos o brillantes según los requerimientos de la prenda que se desea fabricar y este material cuenta con propiedades vitamínicas que favorecen la piel del consumidor.

Las cáscaras de las naranjas son el componente básico en la elaboración de telas sustentables. De este modo, diferentes marcas de alta costura como Salvatore Ferragamo, Balenciaga y Fendi, ya utilizan este componente ecológico.


CUERO DE PIÑA

La española Carmen Hijosa, logró crear un producto hecho a partir de fibras de hojas de piña, reforzado con biopolímeros, con características muy similares al cuero. Esta alternativa innovadora emplea un residuo como elemento principal y su impacto en el medio ambiente es mínimo.

Las principales características de este tejido son la suavidad, flexibilidad y fuerza y este material puede ser teñido de varios colores y transformado en distintas texturas dependiendo de las necesidades del fabricante.

Por otro lado, los diez principales países productores de esta fruta en el mundo crean suficientes hojas para reemplazar potencialmente más del 50% de la producción mundial de cuero.


TELA DE PLÁTANO

La fibra de plátano, extraída del tallo del árbol de la fruta, es una de las materias primas biodegradables más resistentes y con mayor popularidad en el mundo de la moda. Este material es similar a la fibra natural de bambú; no obstante, posee mejores cualidades en términos de versatilidad y durabilidad.

En esta misma línea, el auge del movimiento sustentable ha incrementado el uso de este material en la manufactura de múltiples artículos como bolsos, calzado, cinturones, entre otros. Las telas hechas de esta fibra son suaves y flexibles y son, hasta cierto punto, neutras en carbono.


VENTAJAS Y RETOS A SUPERAR

En los últimos años, se han desarrollado textiles sostenibles para combatir la contaminación, la sobreproducción, apoyar la biodiversidad y garantizar que los trabajadores de este sector ganen un salario justo y tengan condiciones laborales seguras. De esta manera, la moda sostenible permite a las compañías adaptarse a un mercado que cada vez es más exigente con el cuidado del medio ambiente.

En materia de salud, los productos ecológicos tienen una menor exposición a sustancias como el cloro, zinc, cobre, cromo, etcétera, por lo que las probabilidades de que provoquen una reacción adversa en la piel del consumidor es prácticamente nula.

Esta tendencia implica la sustitución del modelo de producción lineal, por un modelo de economía circular basado en el perfeccionamiento de todas las fases del ciclo de vida del producto mediante acciones que reducen el impacto ambiental. La Universidad de Cambridge informó que por cada kilogramo de tejido textil producido globalmente se emiten 2 kilogramos de dióxido de carbono.

La forma en que la sociedad actual produce, comercializa, consume y descarta artículos relacionados con la industria de la moda tiene un costo muy alto para el planeta y sus habitantes. El negocio mundial de textiles produce aproximadamente 150 mil millones de prendas al año, según Greenpeace.

Finalmente, uno de los desafíos a los que se enfrenta la tendencia slow fashion es la rapidez con la que la ropa pasa de moda y la frecuencia con la que debe ser reemplazada. Asimismo, conseguir que los clientes valoren el esfuerzo que hacen las compañías para ofrecer productos sostenibles, es otro de los principales retos que las marcas deben afrontar aunado al incremento de los costos operativos.

La moda sostenible apuesta por materiales sustentables, ropa duradera, evita el fast fashion, promueve el reciclaje, incentiva el pago de salarios justos y reduce el impacto ambiental de todos los procesos realizados en la industria.


HABLEMOS DE CIFRAS

En el cuarto trimestre del 2021 el Producto Interno Bruto (PIB) manufacturero registró un total de 2 mil 912 mil millones de pesos, de los cuales la industria textil-confección aportó el 3.2%, en caso de que se considerase la informalidad, la aportación sería del 8.3%. Cabe destacar que tras las afectaciones por la crisis sanitaria del 2020, el PIB de la industria antes mencionada tuvo una baja importante, dado que no fue considerada como actividad esencial.

Información de la Cámara Nacional de la Industria Textil (Canaintex) el 26% de las importaciones de productos textiles son los tejidos, los no tejidos, las telas recubiertas y los tejidos de filamentos, y en cuanto a los productos confeccionados el 20% de lo que se importa son pantalones, playeras y suéteres. En cuanto a las importaciones del sector de la confección provienen de China principalmente, en cuanto al sector textil, estas son de origen estadounidense, concentrando así el 59% de las importaciones totales.

Sobre las exportaciones, estas crecieron 29% si se compara con el 2020 y relacionado con el 2019, el crecimiento fue del 17%. Los productos confeccionados representan el 81% de las exportaciones totales. Si bien Estados Unidos es el país al que se dirigen los productos producidos por estas industrias (87%), El Salvador, Nicaragua y Honduras, también tienen una participación importante en materia de exportaciones.

En cuanto a empleo se refiere el sector textil tiene una mayor concentración de mujeres trabajando, siendo la fabricación de textiles donde tienen más presencia; al último trimestre del 2021 se registraron un millón 77 mil 182 empleos de los cuales 667 mil 517 son informales y 409 mil 665 formales. El subsector de la confección registró el 68% de los empleos totales.