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La atracción de talento en una organización se basa principalmente en la reputación de la empresa, una compañía con grandes oportunidades genera que las personas quieran trabajar en ella.

Sin embargo, actualmente los colabora­dores buscan opciones de trabajo que no sólo les genere un alto ingreso salarial, sino que además les permita mantener un equi­librio entre su vida laboral y personal, ade­más del crecimiento profesional al interior de la misma.

Investigaciones de Top Employers Institu­te, indican que las personas entre 25 y 44 años son quienes se enfrentan a grandes retos al momento de buscar trabajo, ya que la mayoría opta por empleos que cumplan con sus expec­tativas económicas, laborales y de bienestar personal. En promedio, el 42.7% de quienes buscaron empleo el año pasado, tardaron un mes para encontrarlo, en tanto que el 32.2% pasó hasta tres meses desempleado.

Por otro lado, el talento femenino dentro de las organizaciones está en riesgo. Y es que cada vez son más las mujeres que están dejando sus empleos para salir en busca de mejores oportunidades que van más allá de la remuneración económica.

Hoy en día, al elegir un nuevo empleo, las trabajadoras están considerando otros fac­tores como el poder acceder a puestos de li­derazgo dentro de la organización, horarios flexibles para mantener un equilibrio en su vida, así como recibir capacitación que les permita seguir desarrollando sus habilida­des y, por ende, su crecimiento profesional.

Según un informe de McKinsey, la tasa de rotación de personal femenino (10.5%) supera a la de los hombres (9%); razón por la que las empresas han comenzado a im­plementar estrategias que les permitan re­tener al talento femenino.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, debido a la depresión y la ansiedad, cada año se pierden 12 mil mi­llones de días de trabajo que equivalen a un billón de dólares anuales en pérdida de productividad, es por eso que los expertos proponen que las organizaciones tengan es­pecial interés en la salud de sus colaborado­res para evitar estas situaciones.

Aunado a que cada vez más compañías se enfocan en desarrollar iniciativas en bene­ficio de sus colaboradores. Sin embargo, es necesario que los líderes de capital humano reconozcan y comprendan el valor de cada uno de sus trabajadores, “cuando logren ver esto se podrá percibir un gran cambio, pues al invertir en la construcción de relaciones entre colegas en lugar de centrarse única­mente en la eficiencia del proceso o los tiem­pos de finalización de tareas, las empresas generarán mayor confianza entre su perso­nal, lo que conducirá a niveles más altos de rendimiento en general”.

Ante esta situación, las empresas y los especialistas en Recursos Humanos, se enfrentan al desafío de atraer y retener al mejor talento femenino, por lo que están implementando acciones para revertir la pérdida de capital humano valioso.

El aspecto económico es uno de los más apreciados por todas las trabajadoras; el cual debe ser acorde con las tareas que realizan y el cargo que ocupan, así como los incentivos económicos por su esfuerzo adicional.

De este modo, es importante que las or­ganizaciones otorguen igual sueldo a los co­laboradores que ocupan la misma posición, sin importar el género al que pertenezcan.

Además, uno de los factores que pro­pician que las colaboradoras cambien de trabajo es porque no se sienten reconoci­das, valoradas, ni motivadas para seguir aportando a la empresa. Por ello, las orga­nizaciones deben reconocer su desempeño, y brindarles la oportunidad de seguir cre­ciendo al interior de la misma.

Cabe señalar también que entre las causas más comunes de deserción laboral está el desequilibrio que existe entre el trabajo y la vida cotidiana de las colaboradoras. Por ello, es importante que las empresas consideren establecer jornadas de trabajo híbridas.

La flexibilidad en los horarios permi­te que puedan realizar otras actividades dentro de la jornada laboral, como asistir a algún evento escolar de los hijos, retomar otras actividades relacionadas con su desa­rrollo profesional.

Promover la adquisición de nuevas habili­dades y conocimientos para que las colabora­doras puedan realizar mejor sus actividades, es una buena práctica para que se sientan in­cluidas y reconocidas; además de que les da la posibilidad de desarrollarse profesionalmen­te dentro de la empresa, accediendo a puestos de liderazgo mejor remunerados.