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Platicando con el Dr. Carlos Llano sobre las claves en la actividad del Director, nos dio estás pinceladas:

Orden en las ideas es lo primero que tiene que haber en el director: saber qué es lo principal. Esto llevará a que las personas trabajen con perfección en donde estén, a motivarlos y llegar a los resultados. Fomentar la capacidad de entusiasmar. Hacer que la gente quiera. Tener tiempo para pensar. Cantinflas decía: “Tengo tanto trabajo que no tengo tiempo de ganar dinero”.

Orden en la voluntad. No dejarnos arrastrar por lo momentáneo. Aquel que no es capaz de dominarse a si mismo, no puede gobernar una empresa. Lograr que los que tienen la voluntad de dominio tengan dominio de su voluntad.

Orden en el corazón. Darle su valor a las situaciones: ni preocuparnos por lo que no tiene mayor importancia, ni entusiasmarnos por lo que no tiene tanto valor. Los sentimientos deben estar bien orientados.

Ordenar no es dar órdenes, es poner orden. ¿Esto que estamos haciendo qué mejora produce en los demás? Preguntarnos continuamente.

Los sistemas de gobierno se cimientan en tres actos:

  • Diagnóstico de la situación. ¿En dónde estamos? Evitar la improvisación. El que no sabe obedecer no sabrá mandar. Obedecer como personas inteligentes lo definido en el plan o lo que pide el órgano superior. Detectar oportunidades y obstáculos externos. Hacer el diagnóstico de la situación interna: Fortalezas y debilidades.
  • Planeación. ¿A dónde vamos? Evitar lo complejo. Los planes deben ser sencillos. La sencillez es el primer fruto del orden. Las personas están antes que las cosas. Buena línea de gobierno es mantenerse firme en las decisiones tomadas. Peligro del activismo: Por hacer muchas cosas, perdemos el rumbo.
  • Ejecución. ¿Cómo me mantengo por el camino trazado? El orden prepara y facilita el impulso. Respetar las competencias de cada organismo: Que cada palo aguante su vela. Horario: Estar donde debemos estar. Todo esto obliga a tener una agenda. En la conversación con las personas que dependen de nosotros es más importante escuchar que decir. Aprender de las aportaciones de los demás.

Poner en práctica dos principios: el de acción subsidiaria que supone ayudar a las personas subalternas en aquello en que ahora son incapaces de hacer, pero ayudarlas de manera que dejen de requerir esa ayuda cuanto antes, porque ya pueden hacerlo por sí mismos.

Tener en cuenta Principio del efecto secundario. No sólo hay que fijarse en el objetivo que uno tiene, sino hay que pensar en las consecuencias negativas que puede tener en otros aspectos.