El marketing de nostalgia es una estrategia que busca aprovechar los recuerdos y sentimientos positivos que se asocian con el pasado con la finalidad de conectar emocionalmente con los consumidores. Se basa en la idea de que las personas tendemos a recordar con cariño experiencias pasadas: productos, programas de televisión o radio, el estilo de vida de vidas anteriores.
Si eres curioso en temas de marketing, te comparto una pequeña anécdota: preparaba mi clase para ir entendiendo el concepto marketing one to one, investigando me topé con varias estrategias y tácticas para llegar al consumidor. Y encontré un artículo de KeepCoding Tech School donde compartían el tema de emociones en la venta de un producto y mencionaban un capítulo de una de mis series favoritas donde podemos aprender sobre estos conceptos. Mad Men es una de las mejores series de televisión de la historia para aprender cómo surgía el marketing en décadas pasadas. Quizás a los jóvenes no les llame la atención; sin embargo, si quieres aprender sobre el tema, la serie es una excelente opción. La historia se desarrolla a mediados de los 60 y la protagoniza el personaje Don Draper, director creativo de una agencia de publicidad en Nueva York. En una de las ya icónicas escenas de la serie, Draper presenta una idea para la campaña del “carrusel” de fotos de Kodak. Para quienes no estén familiarizados, esta empresa fue un ícono en temas de fotografía.
Draper, nuestro héroe del marketing, se enfrenta a unos clientes muy renuentes al cambio y además requería crear una campaña para lograr vender el famoso carrusel donde se podrían proyectar imágenes de fotografías en la pared. Imaginen que así nacen los primeros proyectores; el aparato era “feo” y había una gran preocupación de que no fuera un producto atractivo para tenerlo de “adorno” en casa. No obstante, Draper logra convencer a los ejecutivos, apelando a la nostalgia y a los sentimientos.
Además de ser uno de los mejores pitch de la ficción televisiva, la escena es una prueba clara del poder que tiene el hacer uso de los sentimientos y los sesgos a la hora de vender un producto, siendo el mejor ejemplo para los profesionales del marketing que buscan poner en práctica la parte emocional, pero sobre todo la personal. Nuestra “mente emocional y personal” impulsa la decisión de compra. El impacto en un consumidor es dos a tres veces mayor que el del propio contenido publicitario que pudiera observar por cualquier medio tradicional.
Recuerda que actualmente las marcas de diversos productos o servicios deben compartir historias reales para que nuestros consumidores se identifiquen con ellos.
Y si te animas a ver Mad Men solo puedo comentar que es la serie por excelencia sobre marketing y publicidad tradicional, imprescindible para entender
las bases y los pilares de cómo se construye una marca.
En conclusión, cuando utilizamos elementos nostálgicos en campañas publicitarias, queremos generar una sensación de familiaridad, seguridad y comodidad en nuestros clientes, lo que puede aumentar la confianza en la marca y fomentar la lealtad del consumidor.
Si estás pensando en tu emprendimiento, esta es una excelente opción para llegar a tus clientes de una manera muy positiva.