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América latina alberga a cinco de los treinta primeros países que adopta criptomonedas: Brasil, Argentina, Colombia, Ecuador y México.

Hace ya 14 años que el Bitcoin salió a la luz, apareció en un libro blanco publi­cado en internet por Satoshi Nakamoto, un pseudónimo cuya identidad real si­gue sin conocerse, con el objetivo de “efectuar pagos en línea directamente de una persona a otra sin pasar por una institución financiera”.

 

Tres meses más tarde, se creó el primer bloque, el cual generó 50 bitcoins. La moneda evolucionó durante años fuera de los radares del gran público, siendo sólo del interés de los apasionados de la informática y blanqueado­res de dinero. Entonces, el activo virtual ape­nas valía 0.00076 dólares.

 

Hacia 2010, es que se realizó la primera transacción de la que se tiene registro, he­cha con este activo virtual, un internauta de Florida, pagó 10 mil bitcoins, alrededor de 42 dólares por dos pizzas. Fue hasta 2013, que la criptomoneda superó los mil dólares, por lo que comenzó a atraer la atención de las insti­tuciones financieras.

 

La cotización actual respondería rápida­mente la pregunta respecto a si es redituable invertir en ella, más si tenemos en cuenta que la oferta y demanda pone en valor su cotiza­ción. Pero ¿qué es lo que ocurre en México y las criptomonedas?, de entrada, al cierre de esta edición, el precio de 1 bitcoin ronda los 404 mil 442 pesos, siendo que hace 3 años, este se encontraba por arriba del millón de pesos.

 

El Grupo de Acción Financiera (GAFI, por sus siglas en francés), define a los activos virtuales como una representación digital de valor que se puede comercializar o transferir digitalmente, y se pueden usar para fines de pago o inversión.

 

En marzo de 2018 se realizaron cambios a la Ley Federal para Prevenir Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita (LFPIOR­PI) para establecer un marco legal híbrido para regular la prestación de servicios de AV (VASPs por sus siglas en inglés), en ese senti­do, en México se contemplan dos vías de re­gulación en la materia:

 

  • Ley FinTech: norma aquellos AV cuya operación ha sido autorizada por Banxi­co.
  • LFPIORPI: regula el ofrecimiento habi­tual y profesional de intercambio de AV por parte de sujetos distintos a las Enti­dades Financieras.

 

En México, la Ley para Regular las Insti­tuciones de Tecnología Financiera, conocida como Ley Fintech, define a los activos vir­tuales como la representación de valor regis­trada electrónicamente y utilizada entre el público como medio de pago para todo tipo de actos jurídicos y cuya transferencia única­mente puede llevarse a cabo a través de me­dios electrónicos.

 

De acuerdo con el Banco de México, los activos virtuales surgieron como una pro­puesta de esquema alternativo para realizar pagos, en el cual se evita la participación de terceros confiables en el proceso de una tran­sacción. Sin embargo, por sus características, estos activos han presentado diversos pro­blemas para ser un sustituto de la moneda, ya que no cumplen con las características del dinero: depósito de valor, medio de cambio ni unidad de cuenta.

 

Además, la volatilidad, los altos costos para transaccionar y que son difícilmente es­calables; son situaciones que aún no pueden resolver en su totalidad las criptomonedas que existen hoy en el mercado. Banxico se­ñala también que, por la asimetría de infor­mación como resultado de la complejidad de los procesos matemáticos y criptográficos que soportan a los activos virtuales los usua­rios podrían desconocer si la moneda virtual presenta algún tipo de problema que pueda derivar en la pérdida de todos sus recursos.

 

Pero ante esto, el banco central no busca restringir el uso de tecnologías que pudie­ran tener un beneficio desde la perspecti­va de eficiencia o funcionalidad, siempre y cuando estas tecnologías sean utilizadas en el contexto de la operación interna de las Instituciones de Tecnología Financiera (ITF) e Instituciones de Crédito (IC) y esto a su vez, no implique un aumento significa­tivo en los riesgos operativos o financieros de las mismas.

 

Es decir, la utilización de tecnología como registros distribuidos, cadena de bloques o incluso los propios activos virtuales en sus procesos internos podría llegar a ser facti­ble previa autorización del Banco de México, siempre y cuando los riesgos de los activos virtuales no impacten al consumidor final.

 

ACTIVOS VIRTUALES EN EL MUNDO

 

En cuanto a datos proporcionados por Statista, la po­pularidad de las criptomonedas en el mundo es impor­tante, por ejemplo, en el caso de India, si se realiza un comparativo entre los años 2018-2019 y 2021 y 2022, el uso de estas monedas virtuales se incrementó en 19 puntos porcentules. En el caso de España, en el mismo periodo en cuestión, el crecimiento fue del 6 por ciento.

 

Hablando específicamente de México, según el Índice Global de Adopción de Criptomonedas 2022, que reali­zó Chainalysis, el país se encuentra en el lugar número 28 de entre 146 países, cabe señalar que en el 2021 se encontraba en la posición 44, lo que da cuenta que cada vez más personas adoptan los activos virtuales como parte de sus transacciones financieras.

Según un estudio elaborado por la firma Fender, en el país existen alrededor de 12 millones de mexicanos con criptomonedas, siendo el 59% hombres y el resto mujeres.

 

Otros de los países latinoamericanos que están den­tro de los 30 que más adoptaron criptomonedas se en­cuentran Brasil (7), Argentina (13), Colombia (15) y Ecuador (18).

 

En su informe se detalla que “la adopción global de criptomonedas alcanzó su máximo histórico en el se­gundo trimestre del 2021”, sin embargo, un trimestre inmediato posterior registró caídas, sobre todo por la volatilidad en los precios de estos activos virtuales, en el cuarto trimestre de dicho año, tras el repunte de pre­cios, nuevamente la adopción se incrementó.

“Aun así es importante tener encuentra que la adop­ción global se mantiene muy por encima de sus niveles previos al mercado alcista del 2019”.

 

Otros datos refieren que en noviembre del 2021 el va­lor de las monedas virtuales Wrapped Bitcoin y Bitcoin rebasó los 60 mil dólares, 14 veces más que el precio de Etherum, pero en 2022 se ha visto un descenso impor­tante en todos los casos, pero no se puede descartar que Bitcoin sigue posicionándose en la primera posición y su principal competidor es Etherum.

 

 

Por supuesto, el mercado está impulsado por aque­llos que usan este tipo de activos virtuales.

 

Estefano Debernardi, gerente de Desarrollo de Nego­cios de LATAM de CoinsPaid, señaló que el surgimiento de nuevas posibilidades de uso de criptomonedas en la vida diaria de las personas se relaciona con que existe una me­nor preocupación por los activos de riesgo y una demanda de criptomonedas no sólo como reserva de valor.

 

“Un movimiento que hemos visto relacionado con el aumento de este número son las transacciones de me­nor valor con la popularización de los métodos de pago que utilizan criptografía. Además, con el menor valor de las criptomonedas dado el criptoinvierno, ha permitido que más personas se sumen a esta nueva economía di­gital”, destacó.

En el área de la aviación, por ejemplo, Mirai, una em­presa de alquiler de vuelos privados, comenzó a aceptar el uso de criptomonedas como forma de pago. La asociación con CoinsPaid, empresa europea de criptoprocesamieen­to impulsó las ventas de la aerolínea en un 30 por ciento.

 

“Las criptomonedas son una realidad que llegó para quedarse y ejemplos como Mirai muestran cómo la in­tegración de las criptomonedas también es relevante para las empresas. Desde el surgimiento de las cripto­monedas, la tecnología no ha dejado de innovar y ha de­mostrado ser segura, por lo que cada vez más personas creen en ellas”, señaló Debernardi.

En México, las inversiones en criptomonedas son se­guras, ya que están bajo el amparo y regulación de la Ley Fintech, la cual impone controles que brindan ga­rantía sobre el estado y uso del dinero de los usuarios.

MÁS ALLÁ QUE SÓLO UN TEMA ECONÓMICO

 

Aunque parezca no tener relación alguna, las cripto­monedas generan un daño al medio ambiente a pesar de que estas sean virtuales, ¿cómo? De acuerdo con in­vestigadores de la Universidad Técnica de Munich y del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), el uso de bitcoins genera un número considerable de emisiones de dióxido de Carbono (CO2) que dañan al planeta.

 

Otro estudio elaborado por la Universidad de Cam­bridge y la Agencia Internacional de Energía, la minería de bitcoins equivaldría al total de energía que utilizó los Países Bajos en el 2019, incluso, se menciona que la ela­boración de esta criptomoneda genera 22 millones de toneladas métricas de emisiones de CO2.

 

Se ha demostrado que la minería de bitcoins utiliza cerca de 121 teravatios/hora de electricidad al año, lo que genera un fuerte impacto ambiental, y la discusión se puso en voga, después de que Elon Musk a mediados de este mes, adquiriera alrededor de mil 500 millones de dólares de bitcoins, lo que generó grandes críticas por el daño que esto causaría.

 

Ben Dear, director general de Osmosis Investment Mana­gement, un inversor sostenible que gestiona aproximada­mente 2 mil 200 millones de dólares en activos y que tiene acciones de Tesla en varias carteras afirmó que “por su­puesto estamos muy preocupados por el nivel de emisiones de dióxido de carbono generadas por la minería de bitcoins. Esperamos que Tesla se concentre en medir y revelar el con­junto completo de factores ambientales, y si continúan com­prando o de hecho comienzan a minar bitcoin, que incluyan los datos relevantes de consumo de energía”.

 

De acuerdo con Bitcoin México, a pesar de que otros sistemas monetarios también consumen mucha ener­gía al imprimir papel o llevar a cabo las transacciones, Bitcoin no puede existir sin el consumo de energía eléc­trica, por lo que hay países como China, Noruega y Ca­nadá que están tomando medidas prohibicionistas para evitar que la energía generada en sus países se invierta en las criptomonedas.

 

Finalmente, según los datos de Power Compare ac­tualizados a finales del 2018, se estima que la industria minera de Bitcoin consume entre 55.63 y 73.12 TWh de electricidad al año. Hay entre 175 y 181 países que anualmente usan menos electricidad que la industria minera de Bitcoin. Se estima que en China ocurre el 70% del minado de Bitcoin a nivel mundial. Además, la forma más común de obtener energía en China es a través del carbón, combustible fósil altamente contaminante.