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El trabajo y cualquier actividad bien realizada produce alegría, satisfacción. Si ese trabajo es bueno, y se pone un fin grande, lleva a la plenitud y a la felicidad. Todos tenemos un natural afán de felicidad, y lo llevamos muy dentro, pero puede enfocarse mal, egoístamente, como un objetivo en sí, y no como una consecuencia de acercarnos a la meta. Entonces se pone el fin en lo que place, y no se encuentra tampoco la felicidad (me voy llenando de cosas, de sensaciones, de emociones… y esas pasan).

Aquí está un error: tener como objetivo ser feliz. La felicidad es consecuencia de acercarnos al objetivo. ¿Cuáles son tus objetivos vitales? Para llegar a ellos debes esforzarte y darte. Podrás darte en la medida en que más te posea. Es decir, mientras más virtudes tengas, más dueño serás de ti mismo y, por tanto, podrás entregarte más plenamente.

 

Y es que la felicidad es relativa a la vida que se vive, a la realidad que se tiene o que se es. Es su consecuencia. Por eso a toda persona se le puede decir: —Si no eres feliz —relativamente, claro— es porque no quieres. Es muy importante que en estos tiempos donde se habla continuamente de felicidad, excelencia, realización, triunfo, y donde las metas de esos ideales suelen ser de tipo hedonista desenmascaremos ese sofisma que puede asaltarnos y engañarnos.

 

Como ves la felicidad es una paradoja. La tenemos al alcance de la mano, independientemente de las circunstancias por las que atravesemos, aún sean las más duras y adversas. ¿Dónde tienes puesto tu corazón?

 

Hay personas que confunden la felicidad con la ausencia de dificultades, de tensiones, de riesgos. Esas personas quieren vivir en un mundo que no existe. Para ser virtuosos en el trabajo, hay que prepararnos y capacitarnos.

 

Apunta alto en tus objetivos vitales. Se magnánimo, ten alma amplia en la que quepan muchos. Ten la fuerza para salir de ti mismo y prepararse a emprender obras valiosas, en beneficio de todos. El magnánimo dedica sin reservas sus fuerzas a lo que vale la pena, por eso es capaz de entregarse el mismo. No se conforma con dar: se da. 

 

No vueles bajito en tus ideales: trabaja con profesionalidad, con deseo de influir en el ambiente. No te acostumbres, no te estaciones. Haz propósitos para mejorar cada día contra cualquier tipo de

acostumbramiento. 

 

¿Cómo quieres que sea tu trabajo? ¿Un lugar donde sólo vas a ganar dinero? Pues eso será ¿Quieres que además sea un lugar donde mejores como persona y ayudes a mejorar a otros? Pues eso conseguirás. ¿Quieres que sea un sitio lleno de alegría y donde te vayas acercando a la felicidad? Depende de ti.