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Actualmente es indispensable desarrollar estrategias adecuadas para promover el desarrollo del potencial creativo general y responder así a los desafíos culturales, económicos, sociales y tecnológicos que enfrentamos. En este contexto, el concepto de economía creativa y cultural ha ido ganando importancia a nivel global por el vínculo clave entre la cultura, la economía y la tecnología. 

 

Vivimos en un mundo con más imágenes, sonidos, símbolos e ideas que generan nuevos tipos de empleos, más riqueza y una nueva cultura; el desarrollo de la economía creativa se debe analizar no sólo como motor de la economía sino como una fuente de crecimiento socioeconómico a través de la generación de empleo, innovación y comercio, aunado a la oportunidad de promover la inclusión social, el desarrollo y la diversidad. Al hablar de la economía creativa se piensa en todas esas actividades que marcan diferencias con la actividad rutinaria que va perdiendo poco a poco la creatividad.

 

Si algo ha dejado de lección la pandemia por Covid-19 es que todas las reglas cambian y hoy la industria creativa no va a quedarse frenada en las trincheras tradicionales, está lista para permear en otras ramas de la economía.

 

El mercado de la industria creativa en México se expande a un ritmo acelerado y, junto con él, los retos y las oportunidades que afronta este sector crecen.

 

Los mexicanos somos creativos, no hay duda de ello. Ahora es momento de dar pasos más sólidos en la construcción de una industria que corresponda al talento, formación y habilidades de los miles de creativos en el país.

 

7% del PIB en México es aportado por la industria creativa (un porcentaje incluso superior al registrado por la industria automotriz). Agencias, despachos, firmas de diseño y diseñadores autónomos forman parte de las filas de este sector. Empresas de diseño publicitario, industrial, textil, audiovisual, editorial, son algunos de los jugadores de esta poderosa industria.

 

En los últimos años se le viene prestando atención al potencial de las industrias creativas. En el país hay 91,388 establecimientos creativos, lo cual representa sólo el 1.7% de los establecimientos totales. Sin embargo, bajo la premisa de que la creatividad debe ser un componente presente en todas las empresas, el campo de acción de la industria creativa se expande prácticamente a la totalidad de la economía.

 

Con tanto potencial creativo, es necesario e indispensable desarrollar la industria creativa en nuestro país. Invertir en potenciar este sector ayudará a crear más fuentes de empleo, más calidad en productos y servicios. Más industria creativa significa más registros de propiedad intelectual e industrial, factores de competitividad empresarial.

 

El camino por recorrer es aún largo, pero lleno de posibilidades y grandes oportunidades para un sector que tiene tanto por aportar en el desarrollo competitivo de nuestro país. Más empresas creativas escalando y conquistando nuevos horizontes, cuentas y proyectos. Ese es el destino al que debemos mirar.