fbpx

De acuerdo con el Observatorio Internacional de Salarios Dignos, el trabajo de las mujeres vale alrededor de 60 mil millones de pesos diarios, siendo que el 70% de sus empleos son informales, lo que también refleja parte de la desigualdad que se vive actualmente y que afecta no sólo a las mujeres, sino también a la economía.

La Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (AMMJE), refiere que si la participación de las mujeres fuera equitativa con la de los hombres (7 de cada 10 están empleados), el Producto Interno Bruto (PIB) crecería hasta un 70% para 2025.

 

No obstante, sólo 3 de cada 10 mujeres están empleadas, lo que evidencia con números las desigualdades a las que se enfrentan las mujeres mexicanas.

 

ESTEREOTIPOS FRENAN EL DESARROLLO

Nathalie Darres, experta en Marketing y Negocios, menciona que algunos de los obstáculos más comunes a los que se enfrentan las mujeres es la falta de políticas empresariales y públicas, que fomenten su desarrollo dentro de las empresas, así como desigualdad salarial y estereotipos de género, ya que hoy en día todavía se piensa que determinadas labores o trabajos son exclusivas para las mujeres, como las relaciones públicas, comunicación o la enseñanza.

 

Otros obstáculos son la falta de apoyo para lograr el equilibrio entre la vida familiar y laboral, falta de acceso a ascensos e inequidad en los procesos de selección, en los que incluso llega a experimentarse discriminación si se es madre trabajadora o se está embarazada.

 

“De hecho, las madres trabajadoras suelen carecer de políticas públicas o de apoyo por parte del gobierno que respalden su crecimiento laboral, siendo relegadas socialmente”, explicó Darres.

 

El estudio del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), Mujeres en las Empresas: Impulsoras del cambio, indica que a pesar de que las mujeres forman parte del 36% de las plantillas laborales de las empresas listadas en la Bolsa Mexicana de Valores, su participación se reduce a 21% en direcciones de áreas jurídicas, a 10% en direcciones de finanzas, y a 4% en dirección general, siendo la Ciudad de México, Baja California Sur, Baja California, Colima y Nuevo León, las entidades con mayor participación de mujeres en la fuerza laboral.

 

BUSQUEMOS AVANZAR

Muchas de las veces, las mujeres suelen desconfiar de sus capacidades para aspirar a más cosas, debido a que no se sienten preparadas para cambiar de profesión o para ocupar posiciones de liderazgo. Este sentimiento y actitud suele detener su crecimiento; sin embargo, es importante atreverse a buscar nuevas oportunidades de crecimiento y levantar la mano para ser vistas.

 

Establecer una red de contactos y apoyos es vital para seguir avanzando. Formar alianzas con mujeres y hombres que se encuentren en diferentes niveles ayuda a tener un impulso conjunto, a compartir conocimientos y consejos para seguir creciendo.

 

Es importante que entre mujeres se mantengan como aliadas para fomentar la equidad y así progresar en conjunto. Una opción es organizarse y formar un comité que exponga las desigualdades ante los principales líderes de la empresa, incluyendo los departamentos de Recursos Humanos, para pedir salarios dignos, plantear las necesidades de las madres trabajadoras como apoyo de guardería, salas de lactancia, prestaciones que fomenten la corresponsabilidad parental, etcétera.

 

Para seguir creciendo profesionalmente, es clave tomar todo tipo de cursos cuando se tenga oportunidad, además de aprender a transmitir las ideas en las reuniones, y participar como expositora en los eventos organizados por la compañía, esto no sólo brindará nuevas herramientas a las madres trabajadoras, sino que les ayudará a incrementar la confianza en sí mismas.

 

Esto nos lleva también a entender de los errores. Estos pueden pasarle a cualquiera, lo importante es aprender de la experiencia para mejorar procesos, pulir habilidades y tomarlo como una forma de obtener conocimiento para seguir avanzando profesionalmente.

 

Se requiere tomar en cuenta que superar los obstáculos por motivos de género no es una tarea individual, sino que las mismas empresas y el gobierno deben garantizar condiciones que impulsen a las mujeres a fin de paliar la situación actual.