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EL ARTE VISTO COMO INSTRUMENTO DE INVERSIÓN 

El arte, tradicionalmente visto como una expresión creativa y cultural, también ha emergido como una alternativa más de inversión. La idea de invertir en arte ha ganado popularidad en los últimos años como una manera de diversificar carteras y potencialmente obtener ganancias. Sin embargo, aunque el arte puede ser una opción relativamente novedosa e intrigante para generar riqueza, no siempre se cumplen los rendimientos esperados.

 

Uno de los desafíos principales al invertir en arte es la falta de garantía de que una obra aumentará su valor con el tiempo. Aunque algunos artistas experimentan un aumento significativo en el valor de sus obras, otros pueden no alcanzar el mismo nivel de reconocimiento o demanda en el mercado. Esto puede deberse a una variedad de factores, incluyendo cambios en las tendencias artísticas, modas pasajeras, la percepción del público sobre el artista y la calidad percibida del trabajo. Entre más emergente sea el artista, será más probable que la obra sea más barata y que en un momento dado y siendo bastante paciente la adquisición siendo conservador por lo menos doble su precio. Caso contrario, entre más conocido sea el artista, la obra será siempre más codiciada y cara, por lo que los márgenes a corto plazo de plusvalía siempre serán más conservadores. Por lo que creo, que para hacer una buena canasta de inversión en Arte lo interesante es saber diversificar, siempre asesorado por un conocedor acreditado. Comprar por intuición también es válido, sin embargo, la decisión de compra estará más soportada por un impulso que por un conocimiento y estudio previo. Quien más sabe sobre las tendencias del mercado del Arte, es quien estudia a profundidad las subastas que son el verdadero termómetro para medir los precios de un artista en particular.

 

Es importante mencionar, que el mercado del arte a menudo está plagado de engaños y abusos. Los inversionistas pueden encontrarse con vendedores poco confiables e inexpertos que inflan los precios de las obras o prometen rendimientos exagerados, con tal de llevarse su comisión. Este tipo de prácticas poco éticas pueden dejar a los inversionistas con obras que no valen lo que se pagó por ellas, o peor aún, con obras falsificadas o de calidad inferior. Por eso es importante, preguntar por la reputación del galerista o el art dealer antes de tomar cualquier decisión. Toda investigación previa siempre será bien recompensada.

 

El nivel de desconocimiento que a menudo tienen los compradores de arte es el primer factor para que sean estos timados. Muchas personas que invierten en arte pueden no tener una comprensión profunda del mercado o de la calidad artística, lo que los hace más susceptibles a ser manipulados por vendedores inescrupulosos. Esto puede resultar en decisiones de inversión poco informadas y pérdidas financieras seguras.

 

Además, incluso cuando un comprador confía en un vendedor de arte establecido y reputado, no hay garantía de que una obra vaya a aumentar su valor con el tiempo. El valor de una obra de arte puede estar sujeto a una amplia gama de factores que nada tienen que ver con el mercado bursátil. Por lo tanto, aunque un vendedor de arte pueda prometer altos rendimientos, en última instancia, el valor de una obra de arte es inherentemente subjetivo y puede ser impredecible.

 

En resumen, si bien invertir en arte puede parecer una opción emocionante y potencialmente lucrativa, también conlleva riesgos significativos. Los inversionistas deben ser conscientes de la posibilidad de engaños y abusos en el mercado del arte, así como de la naturaleza subjetiva y a menudo impredecible del valor artístico. Al considerar invertir en arte, es importante realizar una investigación exhaustiva, buscar asesoramiento profesional y mantener expectativas realistas sobre los rendimientos potenciales. Eso sí, el Arte es la única inversión que podemos exhibir en nuestra pared, mientras esperamos que esta suba de valor. Por lo que, siempre recomiendo, nunca compres una pieza que no te gusta o te provoque alguna sensación, porque uno nunca sabe hasta cuando te podrás deshacer de esta.