¿Sabes qué es lo mejor de toda esta situación crítica, caótica y sin mucho sentido en la que el mundo se encuentra rebotando y girando como si fuera un bucle infinito?
Pues que la puedes cambiar. Que darle la vuelta a todo es posible y está en nuestras manos.
Claro, no es fácil, de hecho, es muy difícil, es más, puede ser una batalla que te lleve toda la vida, pero te aseguro que será una vida muy emocionante y digna de ser vivida.
Esa es la gasolina que nutre el espíritu emprendedor y que permite a muchos empresarios levantar la cortina cada día y luchar por llevar adelante ese sueño de crecimiento y desarrollo con el que iniciaron sus empresas, con el que nutren la comunidad en la que tienen influencia e inspiran a otros para construir un futuro mejor.
Si en tí vive ese espíritu emprendedor o ya eres un empresario, entonces eres un agente de cambio, alguien capaz de hacer que las cosas sucedan, vamos a poner manos a la obra y luchemos por cambiar todo lo que no nos gusta.
Soy Rubén Furlong, torero por vocación, creativo por obligación, empresario por necesidad y, desde hace casi un año, Presidente de Coparmex, simplemente porque soy un ser humano muy, muy afortunado.
Así que con este contexto y después de más de medio siglo en este planeta, pienso que puedo compartir algunas cosas que podrían animarte a iniciar o seguir un camino que te permita transformar todo aquello que, desde tu perspectiva, debería ser distinto.
Por lo pronto tengo claras 3 ideas, algo es algo…
Primero, la creatividad es una cualidad inherente a todas las personas, algunas se comprometen más con ella y otras menos, pero todos tenemos esa capacidad de observar, sintetizar y asociar conceptos, experiencias y necesidades para encontrar soluciones y alternativas innovadoras. La creatividad aplicada de manera inteligente y oportuna nos puede permitir subsanar algunas carencias o situaciones complejas, gestionar y resolver problemas o abrir caminos que parecían cerrados a nuestros intereses.
Segundo, emprender y hacer empresa es un acto de patriotismo, aunque el entorno es adverso los hombres y mujeres que se aventuran en el mundo empresarial saben, de una forma u otra, que nuestro querido México sólo podrá llegar a ser un país más justo y con mejores oportunidades para todos, en la medida en que seamos capaces de generar más empleos formales que permitan el desarrollo integral de las personas a partir de empresas altamente productivas, socialmente responsables y plenamente humanas.
Finalmente, creo profundamente que la participación ciudadana es una alternativa real para la transformación, en la medida que, como ciudadanos, seamos capaces de sumar nuestro talento y trabajo colectivo de forma generosa a la defensa de intereses legítimos, o empujar transformaciones positivas. Podremos convertirnos en un contrapeso real de cualquier gobierno, de cualquier partido y de políticas públicas o acciones que atenten contra ellos. Y en este sentido, sin que sea un comercial, Coparmex es un gran vehículo de participación ciudadana, un poderoso ecosistema empresarial nacional que trabaja en todos los aspectos que inciden en el quehacer empresarial, para ayudar a mejorar las condiciones en las que las empresas se desenvuelven y luchar por construir un mejor país en el que quepamos todos y nadie se quede atrás.
Con estos tres ejes podemos trabajar, utilizar este espacio para combinarlos y desarrollar ideas, dialogar, proponer, y tal vez, impulsar cambios y acciones que nos permitan acercarnos un poco, en algunos aspectos, al mundo que nos gustaría habitar.
¡Hasta la próxima y que Dios reparta suerte!