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Actualmente el sistema que rige a nivel mundial es el de la economía lineal, es decir, aquella que incentiva el consumismo y la excesiva aparición de desperdicios dejando como consecuencia la contaminación del agua, tierra y aire, además de pérdidas económicas para las empresas.

Ante este panorama, diversas compañías, gobiernos y organizaciones están apostando por una economía circular. A través de esta nueva manera de ver las co­sas, se busca dejar de lado la basura y comenzar a re­ciclar, darles mayor uso a los materiales ya utilizados y por tanto disminuir la extracción de materias primas.

Si bien es cierto que la economía circular cuenta con diversas definiciones debido a lo relativamente nuevo del concepto, se puede entender como aquella que bus­ca extender el ciclo de vida de los productos a través de “compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las ve­ces que sea posible para crear un valor añadido”, según explica el Parlamento Europeo.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el mundo se recolectan aproximada­mente 11 mil 200 millones de toneladas de residuos sólidos. Además del daño ambiental, esos desperdicios significan un problema para la economía, pues al año se pierden alrededor de 120 mil millones de dólares en artículos que pudieron ser reutilizados.

Del total de los residuos, 2 mil 500 millones pertene­cen a la Unión Europea, según el Parlamento Europeo. En el caso de América Latina y el Caribe el panorama no es más alentador, por lo que el Banco Mundial hizo un llamado a los países de la región a impulsar la economía circular y de esa manera sanear los recursos naturales disponibles en cada ciudad.

Hablando del caso de México, diversas organizacio­nes coinciden en que aún se está lejos de contar con una economía circular, anualmente se generan más de 44 millones de toneladas de residuos y se estima que para 2030 se llegue a 65 millones.

Lo anterior se agrava cuando se considera que son pocas las iniciativas públicas que se han llevado a cabo para realizar la transición de una economía lineal a una circular, según el estudio Economía Circular y políticas públicas, realizado por el Centro de Innovación y Eco­nomía Circular (CIEC) de Chile, en México sólo se han registrado dos iniciativas en los últimos años, lejos de las 19 implementadas por la nación chilena, la cual lide­ra el listado en la región.

 

EL PORQUÉ DE LA ECONOMÍA CIRCULAR

El principal beneficio de implementarla es simplemente el bienestar del planeta que habitamos. Por cada tonelada de pa­pel reciclado, se salva a 17 árboles y un 50% de agua.

Además, también traería un beneficio extra para la economía. En este sentido, traería un crecimiento global de 4.5 trillo­nes de dólares hacia 2030, lo que daría ma­yor resiliencia a las finanzas mundiales.

En el caso de Europa, el Parlamento considera que una economía de este tipo podría acarrear mayor competencia y un crecimiento económico adicional de un 0.5% del producto Interno Bruto (PIB) de aquella región.

Además, también se podría posicionar como una fuerte base para la creación de empleo. La ONU esti­ma que la adopción de la economía circular en América Latina podría crear un incremento neto de 4 millones 800 mil trabajos; mientras que en la Unión Europea se podrían crear hasta 700 mil empleos de cara al 2030.

Actualmente el sector del reciclaje suma 12 millones de trabajo tan sólo en Brasil, China y Estados Unidos, según cifras proporcionadas por las Naciones Unidas.

LO QUE SE ESTÁ HACIENDO

Con el objetivo de modificar la realidad que sujeta ac­tualmente al mundo, son varias y diversas las iniciati­vas que se ha propuesto e implementado para estar más cerca de una economía circular.

Quizá las iniciativas que más pueden abonar para que los países y las empre­sas tomen la decisión de implementar es el Acuerdo de París y los Objetivos de De­sarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, pues para cumplir las metas planteadas sobre el cambio climático y limitar el aumento en la temperatura global a 1.5°C es nece­sario limitar el número de residuos y el consumo de materias primas, así como el cuidado de la biodiversidad, este tipo de economía es el mejor camino.

En México ya está siendo discutida una Ley General de Economía Circular, mientras en la Ciudad de Méxi­co se cuenta con un Programa de Basura Cero. Por su parte, el Estado de México y la Cámara Nacional de la industria de Productos Cosméticos (Caniprac) lanza­ron el “Plan de Economía Circular y Manejo de Residuos Post-Consumo de envases y empaques de la Industria de Cuidado Personal y del Hogar”.

Cabe señalar que pese a los esfuerzos antes mencio­nados que empresas, gobiernos y organizaciones están realizando para llegar a ello, aún queda mucho por ha­cer, pues cifras de la ONU muestran que sólo el 9% de los desechos de plástico que se ha producido a lo largo de la historia se ha reciclado.