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LA INTIMIDACIÓN DIGITAL CONTRA LAS MUJERES ES ES POSIBLE COMBATIRSE CON ESTRATEGIAS Y POLÍTICAS PÚBLICAS INTERINSTITUCIONALES

El creciente uso que han tenido las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en los últimos años, ha dejado expuestas ante la violencia digital a millones de mujeres que utilizan internet y las diversas redes sociales.

De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, (Unicef) el ciberacoso es una forma de violencia o intimidación que se realiza a través de las tecnologías digitales con el propósito de atemorizar, o humillar a otras personas, mediante la difusión de mentiras o publicar fotografías o videos vergonzosos, o con contenido sexual, abusivos o amenazantes.

A diferencia del acoso que ocurre de manera personal, el ciberacoso deja una huella digital; es decir, un registro que puede servir como prueba para detener el abuso.

En México, la violencia cibernética o ciberacoso, se evidenció aún más entre las mujeres de 18 a 30 años de edad, quienes enfrentan este tipo de violencia a través de las redes sociales, en donde reciben insultos de manera constante que las denigra y humilla, incluso se han encontrado con la difusión de mensajes, fotografías e información confidencial.

Ante esta situación, quienes padecen el acoso digital, se sienten vulnerables en todos los aspectos de su vida, incluso puede llegar a sentir que no hay manera de escapar de estas amenazas. Según la Unicef, las consecuencias del ciberacoso pueden durar un largo tiempo y afectar a la víctima de maneras psicológica, emocional y físicamente, al experimentar, enojo, angustia, preocupación, miedo, incluso puede perder el interés por algunas actividades, padecer insomnio, dolor de cabeza, depresión o agotamiento.

Al sentirse objeto de burla o de acoso, la víctima puede evitar hablar del tema, y en casos extremos, llegar al suicidio

Por otro lado, cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), revelaron que 9.4 millones de mujeres de 12 años y más, fueron víctimas de ciberacoso en alguna de sus diferentes formas en el 2019. El 36.4% de las víctimas fueron mujeres de 20 a 29 años de edad. El 20.5% de la población mayor de 12 años fue acosada por un conocido identificado como amigo, compañero de clase o trabajo, pareja o expareja, y familiar.

Esta violencia se ha registrado en un 61% a través de Facebook, 30% por medio de mensajería instantánea y 9% por Twitter. El 86.3% de los agresores eran desconocidos y el 73.6% de las mujeres acosadas en internet, reportó haber recibido críticas por su apariencia o clase social.

Según datos del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de México (Infoem), se han detectado nuevas amenazas de violencia digital contra las mujeres, esto derivado de la facilidad con que los delincuentes pueden acceder a la información gracias a los motores de búsqueda; la viralidad y el olvido de información íntima o personal en la red.

En este contexto, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) lanzaron el “Código de ética para la prevención de la violencia digital contra las mujeres”, con el propósito de fomentar el uso responsable y seguro de los servicios de telefonía celular e internet con perspectiva de género.

Las dependencias detallaron que en el código se describen acciones y prácticas que constituyen violencia digital, como compartir contenido sexual sin consentimiento; el uso indebido de datos personales; suplantación y robo de identidad; llamadas y mensajes ofensivos; ciberacoso; campañas de desprestigio; críticas y discriminación.

Asimismo, confirma que los principales espacios donde ocurre este tipo de violencia es en las redes sociales, seguidas de las plataformas digitales, videojuegos, así como en aplicaciones móviles, correos electrónicos y mensajes de texto o de voz.

El documento también señala que quienes cometen este tipo de agresiones utilizan el anonimato que ofrecen algunas aplicaciones y plataformas, generando perfiles o identidades falsas, aunque también es muy común que ocurra a través de perfiles reales y por medios de comunicación registrados y verificados.

De igual manera, para prevenir y evitar que las mujeres sean víctimas de este delito, se incluyen recomendaciones como no reproducir contenido discriminador; romper la cadena de transmisión de la información de contenidos nocivos; no proporcionar datos personales, y siempre contar con el consentimiento y mecanismos para la denuncia.

La Profeco e Inmujeres refrendaron su compromiso de seguir impulsando medidas para prevenir la violencia digital, así como de empoderar a las mujeres a través del uso informado, seguro y responsable de los servicios de telecomunicaciones.