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ALIMENTA TU ALMA CON ESPERANZAS Y TUS TEMORES MORIRÁN DE HAMBRE

Arnoldo de la Rocha, fundador de Pollo Feliz, nos cuenta orgullosamente su perspectiva sobre ser empresario.

“Tengo una trayectoria un poco particular; soy originario del campo, emigré a los 17 años con mi disco duro ya formateado, sin una profesión, sin dinero, sin contactos en la ciudad, pero muchas cosas las hice yo y otras el destino; entonces llegué a la ciudad en busca de oportunidades, donde lograr formar una empresa para mí fue una cosa extraordinaria”.

Con esta breve introducción ya nos podemos dar una idea general del recorrido que ha tenido Arnoldo Rocha, fundador de Pollo Feliz, orgulloso empresario, comprometido con la sociedad, con su empresa, con su familia, pero ante todo siempre mostrándo humildad.

Para él participar responsablemente en el destino del país, siendo un empresario, es una de las tareas más importantes que tiene, porque “ser empresario de México de manera honrada es ser un héroe civil, porque generas oportunidades, pagas impuestos y contribuyes al desarrollo económico de nuestro país. Esa es la función que tenemos los empresarios.

Dicen que en la vida hay que tener claro por qué se está dispuesto a luchar y en mi caso es por las cosas que amo, lo extraordinario es que he incluido a México dentro de éstas”.

 

APEGARSE A LO QUE TENEMOS

Cuando se tienen condiciones tan adversas como las que prevalecían en la vida personal y empresarial de Arnoldo, no se puede elegir. En sus palabras comenta que le hubiera gustado más tener una inmobiliaria, ser actor de Hollywood o alguna cosa más importante, pero “no tenía mucho de dónde escoger”.

Sin embargo, la consistencia e innovación de todos los días es una filosofía que el empresario ha llevado desde sus humildes orígenes. Al respecto menciona: “todos los días nos levantamos a hacer cosas mejores. En Pollo Feliz luchamos todos los días por tener clientes cautivados. Las empresas que van a competir, que van a sobrevivir y que van a trascender son aquellas que estén dispuestas a innovar”.

 

LA IMPORTANCIA DEL PERSONAL

Arnoldo cita al famoso Henry Ford, empresario estadounidense fundador de la compañía Ford Motors, quien decía que solamente hay algo más caro que capacitar al personal y que se vayan: el no capacitar y que se queden.

Por eso los colaboradores de Pollo Feliz todos los días se levantan a hacer las cosas cada vez mejor y eso significa tener a la gente motivada y preparada para este propósito. Y cuando una empresa hace diferenciación con su gente, las demás lo tendrán que seguir.

Otro de los aspectos importantes para el empresario es el éxito, pues nos cuenta que esto fue lo que lo llevó a superar las adversidades y la incertidumbre que le provocaba el hecho de cambiar drásticamente de entorno. “No hay nada más motivante que el éxito; por eso, cuando te va bien dignifica, agarra la oportunidad, no la dejes escapar; no hay muchas y cuando se te presenta una hay que atraparla. Por eso digo: es más importante querer lo que haces, que hacer lo que quieres”.

 

EL CONSEJO

Para cerrar, y como ya es costumbre en las entrevistas de Mundo Ejecutivo Puebla, le pedimos a Arnoldo que nos diera un consejo para ser un gran empresario, así como una frase que escribiría en un lienzo en blanco.

Su consejo es el siguiente: “Antes de tomar una decisión para poner un negocio hay que tener una lectura muy clara del mercado que vas a atender. Desde luego hay otros factores de riesgo como la selección de socios, el tiempo de recuperación de capital, etc. No estar pensando que cuando pones un negocio inmediatamente vas a tener recursos para solucionar tus problemas. Lleva tiempo, paciencia, ser tenaz, constante, la constancia es un factor muy importante en el valor de los negocios. Aventarse a lo loco y fracasar es muy caro: caro en frustraciones, en dinero, en tiempo y corres muchos riesgos”.

La recomendación final que nos hace es: “Alimenta tu alma con esperanzas, ilusiones, sueños y tus temores morirán de hambre”. El empresario resalta que lo mejor de su vida está por venir “Tengo 65 años y el mejor negocio todavía no lo abro, el mejor libro todavía no lo escribo, el mejor viaje todavía no lo hago. La vitalidad se alimenta del futuro y a los 65 años la energía me llega del futuro. El que vive sin ilusión la vida se le convierte en negación, entonces hay que vivir motivado. Y si esto tengo a los 65 años, imagínate a los jóvenes que tienen todo por delante”.