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Ante el problema ambiental, los consumi­dores están volteando a ver la ropa de segunda mano o de doble uso, como una alternativa que les permite ser más ami­gables con el planeta.

Y es que, a raíz de la crisis sanitaria, el con­sumo de este tipo de prendas se intensificó por los problemas económicos que trajo consigo; aunado a que las nuevas generaciones, en espe­cial la Gen Z están impulsadas por la búsqueda de mejores precios, la sustentabilidad y la di­versión a la hora de comprar.

De este modo, la venta de vestimentas de segunda mano se ha convertido en un modelo de negocio muy rentable, que no sólo ofrece grandes beneficios a quienes deciden incur­sionar en él para obtener ingresos extras; sino también para los usuarios que pueden obtener indumentarias de buena calidad a menor precio, al mismo tiempo que realizan un consumo responsable y sostenible.

En los últimos años, la comercialización de este tipo de prendas ha ganado auge, en gran parte gracias al impulso de las plataformas digitales que han contribuido para que las emprendedoras puedan incursionar en nuevos mercados.

De acuerdo con la plataforma GoTrendier, especializada en este tipo de intercambios, este tipo de comercio le ha generado cerca de 7.3 millones de usuarias que venden ropa de segunda mano, accesorios y zapatos, para obtener ganancias adiciona­les que les permita mejorar su economía familiar.

Tan sólo entre 2021 y 2022, a través de la plataforma, esta comunidad alcanzó a 2.3 mi­llones de usuarias que vendieron y compraron 1.5 millones de prendas de mujeres y niños. Del lado de las compradoras, se tuvo la posibilidad de obtener prendas con descuentos de hasta el 50 por ciento.

NEGOCIO SUSTENTABLE

Por otro lado, existen los beneficios que con­tribuyen a mejorar las condiciones del plane­ta. Datos de la misma plataforma indican que al extender el tiempo de vida de las prendas, este negocio permite ahorrar 26.8 mil millones de litros de agua; así como la emisión de 10 mil 400 toneladas de CO2 y 764 toneladas de residuos.

Un estudio elaborado por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEPE), evidenció que el 10% de las emisiones de carbono en todo el mundo son produci­das por la industria del vestido, la cual genera 92 millones de toneladas de residuos textiles al año, de las cuales más del 80% se envían a tiraderos de basura.

En México la cifra asciende a 4 millones 380 mil toneladas y sólo se recicla alrededor del 2 por ciento según datos de la Se­cretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Además de economizar 5 mil millones de pesos en la com­pra de ropa, los consumidores les brindan a las emprende­doras en todo México, la oportunidad de tener un ingreso extra.