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A hora que empiece el año, “sólo los tamales y ya inicio la dieta”, son frases muy usuales que identifican a quienes buscan iniciar un modo de vida más saludable. Tener una buena alimentación y hacer ejercicio depende de las necesidades físicas y de los objetivos personales, por lo que lejos de ser una obligación hablamos de un hábito que vale la pena poner en práctica para verse y sentirse mejor.

Sabemos que iniciar una vida de ejercicio y alimentación balanceada parece tortuoso, hay ocasiones que la ansiedad, el estrés o los malos hábitos logran que nos vayamos por la salida fácil y consumamos alimentos muy ricos pero que no son los más nutritivos, e incluso son muy altos en grasas, esto puede ser una bola de nieve que nos hace pensar que tendremos que hacer el doble o triple de ejercicio y eso nos pone en mala posición para cumplir nuestros objetivos.

Pero es importante que tengas presente que se trata de un proceso, la adopción no se dará de la noche a la mañana ni los resultados y probablemente tengas que enfrentarte a distintos obstáculos, incluidos tus pensamientos. Sin embargo, existen algunos pasos básicos que facilitarán la tarea.

TEN CLAROS TUS OBJETIVOS Y PLANIFICA TUS COMIDAS

Cuando las personas tienen como objetivo perder grasa o peso, deben bajar el consumo de sus calorías, pero cuando busquen ganar masa muscular se requiere consumir calorías por encima de la gesta ¿Tu cuerpo qué necesita? Tal vez decidas cuidarte por padecimientos de colitis, hormonales, obesidad, entre otros.

El primer paso es tener claridad en los objetivos, incluso antes de acudir con un especialista de la nutrición, es importante que puedas trasmitirle tus ideas sobre cuál es tu meta a alcanzar. Contar con un plan alimanticio equlibrado, es algo que te puede ayudar a perseguir al pie de la letra, es planificar lo que vas a comer durante toda la semana, de esta manera, comprarás los ingredientes que necesites para cada platillo, evitarás comprar antojos y comida rápida por falta de tiempo.

Si tu día a día es muy ajetreado, procura preparar la mayoría de tus recetas el fin de semana o al menos la base para ellos, como caldo, verduras, o proporcionar las proteínas para tenerlas a la mano cuando las necesites y poder congelar el resto.

Y no olvides ir de la mano de un especialista para asegurarte de que cada platillo esté balanceado en cantidad de proteína, verduras, carbohidratos y reduzca el consumo de sal y grasas añadidas.

APRENDE SOBRE LOS ALIMENTOS Y EL EJERCICIO

Es fundamental que pongas tu salud en manos de un especialista, como un nutriólogo y recuerda: la información es poder. No temas en indagar sobre el tema, hazlo tuyo, pregunta si tienes dudas. Disfruta la transición y el camino de aprender a comer, a ejercitarte y a vivir equilibradamente, es positivo que conozcas mejor sobre lo que llevas a tu boca, pero también sobre los ejercicios con los que te sientes más cómodo, con los que ejercitas más ciertos músculos o con aquellos que te crean un reto y te motiva a continuar tu disciplina.

No te sientas mal si comienzas con 15 minutos de ejercicio, tu cuerpo debe acostumbrarse y conocer ese cambio, probablemente si caes en los antojos puedes buscar formas de buscar una versión saludable, reduce la cantidad o cómelo, pero vuelve en la siguiente comida a consumir alimentos que contemple el experto en tu plan de alimentación.

EVITA COMER EN GRANDES CANTIDADES

Uno de los peores hábitos alimenticios son los atracones de comida, sobre todo cuando no puedes comer durante varias horas o sufres de ansiedad y estrés. Toma en cuenta que comer de manera balanceada incluye porciones adecuadas para tu edad, peso y consumo energético y objetivos. El régimen que debes seguir es el que se acomode a tus horarios y respetar cada uno, para evitar que el hambre te ataque y te haga caer en tentaciones poco sanas.

REALIZA EJERCICIO SIN EXCEDERTE

Regularmente al iniciar un plan de alimentación, los expertos sugieren complementarlo con ejercicio, el cual está alineado al plan de alimentación, necesidades fisiológicas, entre otros puntos específicos que el especialista considera. Por ejemplo, como principiante el objetivo no será realizar 40 abdominales, será hacer 10 abdominales de forma correcta, es decir, no lastimar tu cuerpo y trabajar la zona ideal para que tu metabolismo entienda el cambio.

Por lo que querer duplicar tu rutina de ejercicio o aumentar tiempo en cardio no siempre será productivo para la quema de grasa, al contrario, puede ser un factor clave para lastimar tu cuerpo. No condiciones tu tiempo de ejercicio a tu alimentación.

APRENDE A SER DISCIPLINADA

El ingrediente de oro en un estilo de vida saludable es la disciplina, tanto para hacer actividad física recurrente como para mantener sanos hábitos alimenticios. Definitivamente tendrás varios momentos en que las tentaciones llegarán y el cansancio o la sensación de hambre te harán flaquear, pero la convicción de alcanzar tus objetivos debe ser el motor que te mantenga fiel a tu meta.

Lamentarse por los excesos en los que caímos durante las fiestas y lo mucho que comimos no te ayudará, concéntrate en tu siguiente paso y lo que sí puedes hacer: fijarte un objetivo para recuperar los buenos hábitos y darte cuenta de que no es imposible mantenerlos. No te esperes a que inicie un nuevo año, sé constante en todo momento para que puedas disfrutar de lo que más te gusta, sin remordimientos.

Recuerda: caer una vez no es el problema, el problema sería que abandones tu propósito de trabajar por una mejor versión de ti mismo ¡Come sin culpa! Aprende y vive de forma equilibrada, saludable y principalmente sostenible, pequeños resultados acumulados, y la creación de buenos hábitos deberían de ser tu objetivo.