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ACADEMIA Y EMPRESA, UNA ALIANZA ESTRATÉGICA PARA LA PRODUCTIVIDAD

Existe una cada vez más importante vinculación entre la academia y el sector empresarial de Puebla. Ahora, es más cercano y productivo, Puebla cuenta con el tercer lugar a nivel nacional por la cantidad de universidades privadas, ya que en el estado existen alrededor de 242 instituciones de educación superior; entre universidades, institutos, academias y tecnológicos, además de la BUAP como la universidad pública del estado.

El CCE de Puebla ha insistido y sigue trabajando para fortalecer este vínculo entre las universidades y el sector empresarial, porque esta alianza estratégica contribuye y potencia el desarrollo económico y social de nuestra región, creando y manteniendo un ciclo virtuoso de formación, innovación, crecimiento y productividad. Es cierto que la firma de los Convenios Marco es muy importante y formaliza estas alianzas, que son parte de los eventos protocolarios que realizamos. Sin embargo, dentro de estos documentos se especifican y formalizan todas las actividades de vinculación. El primer aspecto que debemos considerar como una ventaja de estas alianzas es el impulso que recibe la investigación académica aplicada, ya que las universidades, desde sus áreas de investigación, laboratorio y posgrado pueden trabajar en proyectos de investigación que respondan a desafíos específicos que tenga el sector empresarial, generando soluciones innovadoras y mejorando la competitividad de las empresas; aspecto que le da renombre y prestigio a las universidades. La vinculación aquí es directa, la formación de universitarios responde a una necesidad específica de tecnológica, innovación y de conocimientos. Además, por medio de la investigación se genera un proceso de transferencia de tecnología, conocimientos y experiencia desde el ámbito académico hacia el sector productivo, impulsando la innovación. Este vínculo se ha perfeccionado cuando las empresas solicitan específicamente soluciones innovadoras. 

Otra ventaja es que se refuerza la atracción y el desarrollo de talento, porque desde las etapas tempranas universitarias se inicia la identificación del talento, de las fortalezas de los próximos egresados para construir una fuerza laboral capacitada que responda a las necesidades sectoriales e industriales. Las universidades tienen como una de sus metas realizar investigación aplicada, es decir, planear, diseñar, aplicar y evaluar proyectos de investigación que, al llevarlos en su aplicación a la realidad, responden a desafíos específicos del sector empresarial; dinámica que brinda a las universidades la oportunidad de presentar trabajos de calidad y fortalecer sus áreas de investigación. 

Adicionalmente, tenemos aspectos que son relevantes, como la relevancia curricular, al poder actualizar programas académicos y de estudio para asegurar que los contenidos sean pertinentes y alineados con las necesidades del mercado laboral. Otro aspecto muy relevante, al ser un requisito que los futuros profesionistas deben de cubrir, es el cumplimiento del servicio social, de las prácticas profesionales y las pasantías, que los lleva directamente a las empresas enriqueciendo su formación, ganando experiencia y habilidades prácticas que son valoradas y reconocidas por los empleadores. Los frutos de una alianza tan noble y productiva son numerosos, como el crecimiento económico de la región con empleo y productividad. Se fomenta el emprendimiento cuando las universidades se convierten en incubadoras de empresas, fortaleciendo el ecosistema del emprendimiento local. Los egresados al incorporarse al sector productivo, tienen muy clara la responsabilidad social llevándola a programas de capacitación y en el desarrollo de habilidades gerenciales. Desde el Consejo Coordinador Empresarial seguiremos impulsando y fomentando esta alianza academia – empresa, porque es una forma clara de impulsar la productividad, generar empleo, fortalecer nuestra economía y establecer las bases de una economía activa y sana.