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Desde la Cámara de Comercio de Puebla nos hemos propuesto transformar a la sociedad a través de la Libre Empresa, el Trabajo Digno, el Desarrollo Económico y la promoción de Instituciones Eficaces y Eficientes. ¿Es acaso una misión alcanzable?, lo he expresado en varias ocasiones, quizá cuando lo planteamos sabíamos la responsabilidad de participar en un organismo empresarial, pero seguramente no estábamos claros de cómo podíamos lograrlo.

Temas como el comercio digital y el comercio exterior salieron inmediatamente a la luz, la Responsabilidad Social, la vinculación de los sectores público privado, así como una correcta comunicación como pilares fundamentales para llegar a este objetivo. Sin embargo, faltaba un ingrediente más para ello.

Los inicios de cada proyecto siempre son retadores, demandan lo mejor de cada uno de nosotros, mucha determinación y la capacidad de hacer ajustes sobre la marcha. Para nosotros el primer reto era el comprometer y enfocar al Consejo Directivo de CANACO para aterrizar la planeación estratégica y llevarla a la acción, situación que va caminando gracias a la voluntad de todo el equipo, considerando el privilegio que es la disponibilidad de su tiempo.

Hoy su aportación amplía la visión y mejora la toma de decisiones. ¿Pero es esto suficiente?; la respuesta es no, puesto que lo vivido es apenas una fracción de la realidad. Ya se ha dado el primer paso para cambiar de la visión individual a una visión colectiva, sin embargo, la muestra sigue siendo muy pequeña.

Por otro lado, hay muchos actores en nuestro entorno que es importante sumar bajo la premisa de generar sinergias y encontrar los objetivos comunes que nos orienten al Desarrollo Económico y Social.

Entonces, ¿cuál es ese ingrediente que nos hace falta? El mes pasado pude escribir en este mismo espacio sobre el poder de la participación ciudadana, como factor crucial para el fortalecimiento de la democracia y el desarrollo de una mejor sociedad en México. Hoy desde la Cámara de Comercio nuevamente hago un llamado en el mismo sentido, pero desde un escenario distinto. Hoy le hablo a empresarios, empresarias y comerciantes, haciendo énfasis sobre el compromiso y la responsabilidad que tenemos de alzar la voz, de pedir a las autoridades de los 3 niveles de gobierno las condiciones ideales para el desarrollo del comercio y la transformación, generadores de fuentes de empleos dignas, de la generación de riqueza y el reparto justo de la misma.

Empresas comprometidas en cómo ayudar a la sociedad antes de perderse en intereses particulares, dispuestas a adoptar una cultura de desarrollo empresarial con un ADN distinto, en el cual nos demos más a los demás, preguntándonos en el como nos ayudamos, sin duda ingrediente fundamental que nos permitirá caminar rumbo a una sociedad más justa y responsable.

Los invito estimados lectores, a ser parte de transformar a una sociedad desde nuestras personas y empresas, cambiemos a una cultura del bien común. Nosotros, sociedad y empresa, somos el ingrediente que hace falta para cambiar a nuestro querido México, los invito a generar una cultura empresarial mas unida y responsable. El trabajo es de todos, los invito de igual forma a ser miembro activo de tu organismo empresarial y ¡sumarse al cambio!

¡Juntos somos más fuertes!