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El espacio laboral es un entorno en donde no solamente se acude para trabajar, saludar a los compañeros y ganar dinero; sino que es una oportunidad para aprender de nuestros errores, aprender de los demás compañeros y directivos, aprender a cómo colaborar con el equipo, a lograr las metas que tiene la empresa y aprender muchas cosas que nos servirán en nuestra vida cotidiana.

Un espacio así no solo se da porque los empleados integran esta mentalidad en su día a día, se da porque es un trabajo en conjunto. Los empresarios deben permitirse conocer a sus colaboradores: conocer en qué son buenos, en qué pueden mejorar, conocer su pasado -porque uno nunca sabe de dónde vienen las personas ni lo que han vivido-, conocer lo que les gusta y lo que no, conocer sus ambiciones y su visión del futuro en la empresa. El empresario debe satisfacer las necesidades de su empresa para que todos puedan ser beneficiados.

Esto no se trata de un trabajo egoísta, ser empresario debe ser una labor altruista y Bety Camacho lo sabe. Por eso, en este artículo nos comparte su experiencia y opinión al respecto.

 

¿QUIÉN ES BETY?

Beatriz Camacho es dueña de la Consultoría Becam, del restaurante Paixao, de la fábrica de carne Alta Res, además es secretaria de COPARMEX Puebla y consejera nacional de COPARMEX. Es abogada, licenciada en Derecho, con una especialidad en derecho empresarial y fiscal; tiene una maestría en alta dirección de hoteles y restaurantes, y una maestría en Coaching Organizacional.

Es una empresaria 100% dedicada y preocupada por el bienestar de las familias de sus colaboradores. Enfocada en descubrir el propósito de la empresa, en desarrollarse a sí misma, a su gente, a su equipo de trabajo y contribuir a la ciudadanía. Participó en la cámara de comercio en CANACO, donde fue vicepresidenta, y después incursionó en COPARMEX, que es su alma mater.

Bety también es una madre ejemplar, quien ha enseñado a sus hijos a trabajar en equipo y trabajar por amor, no por obligación. De esta manera, lo que aconseja a sus hijos -y a la audiencia joven en general- es que su vocación debe ser su pasión. “No oigan cuando les dicen ‘de eso no vas a vivir’, olvídense del dinero porque ese no es el objetivo principal para hacer una empresa”.

La empresaria induce a su familia para prepararse, estudiar y contribuir hacia afuera, haciendo a la persona el centro de la empresa; después de la persona, está la familia, y después la sociedad. Esto nos lleva al siguiente punto:

 

LA EMPRESA COMO UNA SEGUNDA FAMILIA

“Cuando un empleado me dice ‘Si no hacemos esto, usted pierde’, yo le digo ‘No, espérame. Yo no pierdo, perdemos todos. ¿Cuándo han visto que yo tomo un centavo de la banca? Nunca, las finanzas están transparentes. Y si vendemos más, pues es para abonos; si vendemos más, pues todos tenemos una misma calidad de vida’.

Desde que salgo de casa, en lugar de decirles a mis hijos ‘Voy a trabajar’ es ‘Voy a contribuir’ o cuando llego y me preguntan cómo me fue, les digo ‘¡Padrísimo! Porque ahora podemos lograr que este equipo de trabajo se pueda consolidar, pudimos lograr que el líder pudiera comprender que liderar es que todos lleven el objetivo para todos (para el beneficio de la empresa y no para una sola persona) porque si no, se la deben al líder y en realidad le digo a éste: No hagas que sea por ti, esto es para la empresa, porque la empresa es de todos”.

Como mencionamos al inicio, la empresa es el espacio exacto en donde el empresario tiene la oportunidad de generar nuevos valores para sus trabajadores, un propósito de vida diferente que no solo sea el dinero.

“Eso de ‘empresa pobre, empresario rico’ se me hace una barbarie. Por ejemplo en COPARMEX es: ‘empresa rica, empresario digno’, porque tienes que entender que cada persona que trabaja contigo tiene una historia de vida y tú no sabes lo que están viviendo. Eso te hace entender que estás trabajando con un ser humano y que tu objetivo como empresaria es que tú puedas ayudarle a reorientar sus valores en su casa y no se repita la historia con su familia”.

 

CONSEJO

Bety aconseja a todos los emprendedores “Que no se frustren, los tropezones son para toda la vida. Yo creo que la satisfacción es el día a día. Incluso hoy, yo sigo aprendiendo, me sigo preparando, me sigo tropezando. Ser empresario es un barril sin fondo y un cuento de nunca acabar”.