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Todas en algún momento hemos escuchado a alguien referirse a una mujer con la frase “tienen un no sé qué, que qué sé yo”, para enfatizar un magnetismo innato que las caracteriza y las hace sobresalir entre las demás.

A esta cualidad se le denomina carisma, y sin duda es clave para que sean aceptadas positivamente en un grupo o equipo de trabajo, además influye para que logren ascensos y posiciones de liderazgo, impulsadas por la confianza que los demás depositan en ellas.

Nora Taboada, coach ejecutiva y fundadora de AFE-Liderazgo Consciente, explica que el carisma es la capacidad que tienen algunas personas de atraer a otras de forma natural y es fundamental para lograr un impacto positivo a través del liderazgo.

Añade que esta cualidad se relaciona con la personalidad, ya que consciente o inconscientemente se desarrollan o poseen las siguientes cualidades: Poder, Presencia y Calidez. Dependiendo de cómo se combinen estos pilares, pueden desarrollar un tipo de carisma único que las definirá. La coach destaca tres tipos:

CARISMA DE AUTORIDAD

Surge cuando una persona es líder y tiene una fuerte cualidad de poder y menores dosis de presencia y calidez.

CARISMA DE GENTILEZA

Es el que se utiliza para hacer sentir a los demás apreciados o aceptados. En este caso existe un alto nivel de Calidez, y menos de Poder y Presencia.

CARISMA DE FOCO

Este tipo de carisma se puede apreciar cuando la persona se involucra completamente en el momento; cuando más se utiliza es en las interacciones uno a uno, y requiere de mayores dosis de Presencia y menores de Poder y Calidez.

DESARROLLA TU CARISMA

  1. Aprende a escuchar

Se trata de una cualidad muy valiosa que ayuda a conectar con los demás y a construir relaciones edificantes y con significado. Esto es especialmente importante si se es líder de equipo. La especialista recomienda pausar las actividades y pendientes para escuchar a los demás con interés genuino. Si eres líder de un equipo, interésate por sus gustos, pasiones, así como por sus roles dentro de la empresa.

  1. Practica la amabilidad

No es necesario tirarse al piso por los demás, porque corres el riesgo de verte poco auténtica, más bien, se trata de brindar a los demás una parte de tu tiempo con sabiduría, así como cultivar un sentido de trascendencia en el que las metas y objetivos estén por encima de nosotros mismos y busquen el bien común.

  1. Sé resiliente

La resiliencia es clave no sólo para afrontar los momentos difíciles desde la perseverancia y los objetivos claros, sino también para servir como apoyo a otras personas que pasan por esto en el trabajo o en la vida personal, lo cual es un rasgo de empatía e incrementa el carisma.

  1. Desarrolla tu confianza

Es importante desarrollar las capacidades y habilidades propias; trabajar en lo que eres buena y en las situaciones en las que tus conocimientos pueden ser útiles a los demás para crear relaciones positivas.