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Este mes, se llevará a cabo la Toma de Compromiso del presidente y del Consejo de nuestro Centro Empresarial. Durante este evento, tendré el honor de tomar compromiso nuevamente, después de haber sido reelecto por dos años, con los que, ahora sí, concluye mi etapa.

 

Independientemente de que mi proyecto estaba pensado para tres años, dependía de los resultados del primer año para poder aspirar a dos más. Una vez que parecía que el trabajo realizado durante ese primer año alcanzaba para aspirar a los otros dos, decidí ir por ellos, y ahí empezó ese zumbido entre orejas que repetía: ¿Por qué?

 

Fue un buen año, emocionante, intenso, y al menos para mí, inolvidable. Por lo que finiquitar la faena en ese momento no parecía tan mala idea. Entonces ¿Por qué?, ¿Por qué seguir robándole tiempo a la familia, a los amigos, al negocio, a los nuevos proyectos, a las clases, a las rodadas en moto, a los viajes, a las sobremesas largas?

 

No olvidemos que la presidencia de la Coparmex es un cargo honorífico que implica un compromiso enorme, para que se den una idea, en Puebla llevamos casi 90 años de duras batallas lideradas por grandes presidentes, que con coraje e inteligencia consiguieron importantes logros y avances, apoyados siempre por sus Consejos Directivos, en gran parte gracias a esto hoy contamos con una posición fuerte y legítima para defender los intereses de nuestros socios, unos 600, que mantienen ese legado de valor y compromiso con México.

 

Pero no sólo es la historia, el presente y el futuro también tienen lo suyo, hay grandes retos; como el compromiso nacional que tenemos para que a través de un modelo de desarrollo inclusivo contribuyamos a reducir las enormes brechas sociales que nos fracturan, o las batallas que se vienen en defensa de las instituciones, de nuestra democracia, de nuestras libertades, o capitalizar las oportunidades que en el mundo se están abriendo para nuestro país y para las que es fundamental aprovecharlas unidos, sumando.

Entonces ¿Por qué, si es una misión enorme, para la que además hay muchos otros tan o más capaces, vuelvo a participar?

 

Pues les cuento, primero que nada, por la confianza, esas mujeres y hombres capaces han vuelto a confiar en mí, no es un cheque en blanco y hay valores y principios que debemos respetar, pero confían y se comprometen, dedican tiempo y talento a esta organización, eso vale enormemente y hace mucho más ligera la carga.

 

Segundo, por el reto, que es muy grande y por eso irresistible, ya que la emoción de lidiar este Miura te atrapa, y si además en el burladero de matadores tienes a algunos de nuestros expresidentes aconsejando y empujando, pues te plantas con más seguridad y a por él.

 

Tercero, en la vida hay que tirarse al ruedo, de nada serviría que este poderoso ecosistema empresarial confíe en mí y me apoye si no salgo a la arena, de nada sirve la experiencia en mil faenas de los expresidentes, si no hay alguien que puede escucharlos y la aproveche, de nada sirven los principios y los valores si no se ejercen, de nada sirve que doblen las campanas si no acudimos al llamado.

 

Así que al final, como verás, no fue tan difícil encontrar el por qué.

Ya no podemos hacernos los sordos, ni voltear a otro lado, hoy México necesita de ciudadanos de tiempo completo, que acudan a sus particulares llamados, para construir entre todos ese país con el que soñamos, más justo y con mejores oportunidades.

 

A mí me toca hoy en la Coparmex ¿Y a ti dónde?, todos tenemos un llamado que quizás estamos posponiendo, necesitamos sumarnos, el cambio está en la sociedad civil, debemos construir puentes y confiar en la conciliación de los opuestos a través del diálogo y las coincidencias que nos beneficien a todos.

¡Hasta la próxima y que Dios reparta suerte!