Las nuevas corrientes de administración y gestión de proyectos han dejado atrás el autoritarismo y le han dado paso al liderazgo empresarial que radica en la motivación.
Por muchos años, la humanidad ha tenido que encontrar la manera de comunicarse y trabajar en equipo para lograr los grandes hallazgos tecnológicos y científicos que nos han llevado a la evolución que hoy disfrutamos.
Se dice que caminar solo/a te lleva rápido, pero caminar en equipo te lleva lejos. Ya que nadie puede llegar lejos solo/a, se requiere de un equipo. Y para tener éxito, se necesita un/a líder que lo inspire.
Existen distintos tipos de liderazgo, si tú eres empresario/a conoces las cualidades que se requiere desarrollar para dirigir una empresa, y también sabes que no es lo mismo ser jefe/a que ser líder. Todos/as tenemos una personalidad, temperamento y carácter distintos. Todos/as hemos vivido una historia diferente, aún si nacimos y crecimos en la misma casa y con la misma familia. Si hoy eres líder de un equipo, probablemente ya pasaste por muchas facetas en las que has desarrollado la manera en la que tu comunicación con el equipo funciona, en la que manejas tu actitud frente a ellos/as para lograr que los proyectos se cumplan, y has encontrado sacar lo mejor en cada miembro. Sin duda sigues afinando algunos detalles, como yo y quienes estamos al frente de uno o varios grupos de personas. Pero, ¿realmente todas y todos podemos ser líderes?
Hoy te puedo platicar que después de mucho investigar, he llegado a la conclusión de que lo más complejo es motivar el liderazgo en las personas que hacen que la organización opere: los jefes y las jefas, cuyo puesto en el organigrama los obliga a gestionar un equipo. Aquellas personas en quienes deseamos delegar las actividades del día a día, el desarrollo de procesos e incluso las negociaciones, por su experiencia y/o tiempo en la empresa. Pero, ser jefe/a no es sinónimo de ser el/la líder que conoce cómo relacionarse con otros/as, cuándo poner límites, cuándo incentivar la creatividad y cómo dar resultados. La pregunta del millón, y la verdadera clave del éxito empresarial, es: ¿Cómo lograr que cada líder realmente funcione como tal y tome la iniciativa y responsabilidad que le corresponde en sus manos?
Para mí, el éxito no es ser multimillonario/a, tener todo lo material o ser famoso/a. He aprendido que el éxito se encuentra en la satisfacción y armonía personal, equilibrar los deberes y el placer para disfrutar de la vida, seguir enriqueciéndote y produciendo, hacer lo que te apasiona y cobrar por ello. Para esto hay que formar líderes, aprender a delegar. No es tarea fácil, pero la buena noticia es que todos/as podemos ser líderes si queremos.
Una investigación publicada recientemente, dirigida por Lucas Monzani de la Escuela Ivey Business Western University en Canadá, sugiere que los 11 rasgos de carácter asociados con un buen liderazgo son: responsabilidad, colaboración, coraje, impulso, humanidad, humildad, integridad, juicio, justicia, templanza y trascendencia, el juicio puede ser el más importante.
En conclusión, el liderazgo es una cuestión de actitud, determinación y compromiso para tomar decisiones acertadas de forma oportuna y llevar las cosas a cabo. Para que la actitud emane del ser humano deben existir dos claves: objetivos claros y metas apasionantes.
Delegar es todo un arte, pero no es imposible, y se consigue eligiendo a los líderes adecuados con el objetivo bien enfocado. Querido/a lector/a, en este último trimestre del 2022, te reto a que identifiques tu tipo de liderazgo y que comiences a colocar los cimientos (si es que aún no los tienes) para lograr tu propio significado de éxito personal, implementar el liderazgo positivo y motivar a cada miembro de tu equipo para encontrar y disfrutar al líder que llevan dentro.