LA EVOLUCIÓN DE LAS EMPRESAS EN LA OBRA PÚBLICA: CLAVE PARA EL DESARROLLO DE INFRAESTRUCTURA SOSTENIBLE

Las primeras obras públicas tuvieron como características esenciales un impacto social y funcional en las culturas de Mesopotamia, Egipto y Mesoamérica, desde entonces, la obra pública tiene un alto impacto en el desarrollo urbano y sentó las bases de nuestra civilización.

En México, las primeras grandes obras de infraestructura, como grandes vialidades, puertos, caminos y puentes, fueron realizadas por compañías extranjeras en el siglo XIX. Posteriormente surgieron empresas nacionales que comenzaron a competir y a establecerse en el mercado.
Con la modernización, la globalización y la responsabilidad social las empresas de la construcción adoptaron nuevas tecnologías y prácticas sostenibles, mejorando la eficiencia y reduciendo su impacto ambiental, sostenibilidad, que es esencial para cuidar nuestro medio ambiente y preservar nuestra calidad de vida.
Es muy importante para el éxito en la ejecución de la obra pública la colaboración entre el sector público y privado, alianza que es crucial para garantizar que los proyectos de infraestructura sean eficientes, equitativos y sostenibles.
La participación de empresas locales privadas en las licitaciones y en la ejecución de obras es fundamental para fomentar el desarrollo regional y fortalecer la economía de nuestro estado. Así, las empresas no solo se convierten en constructoras, sino que también serán agentes de cambio y desarrollo.
Las ventajas del concurso y participación de empresas privadas son numerosas. Aquí enumero las principales:
- Son empresas especializadas y con experiencia en la gestión de proyectos de construcción eficientes con un enfoque bien claro hacia la calidad y la innovación.
- Representan una clara reducción de costos para el sector público.
- Se garantiza la transparencia y la rendición de cuentas desde los contratos, lo que asegura conclusiones en tiempo y dentro de presupuesto.
- Hay un mejor manejo de la carga de trabajo con supervisión y regulación eficiente de proyectos, impulsando la competencia, lo que puede llevar a una mejora en la calidad de las obras y a la innovación en técnicas – materiales de construcción.
De forma constante en la CMIC, con nuestros afiliados hemos consultado y trabajado en los aspectos fundamentales del marco legal que regula a nuestra industria. Por ello, hemos presentado propuestas claras para modificar la Ley Estatal de Desarrollo Económico Sustentable, la Ley de Obra Pública, así como otras mejoras específicas para diversos ordenamientos municipales.
En este sentido, la Cámara ha impulsado la reforma a la Ley de Obra Pública y Servicios relacionados del estado de Puebla con cambios a más de 30 artículos, adiciones a 7 y la derogación de 3 más, todo con el objetivo de agilizar, eficientizar y modernizar la ejecución de obra pública en Puebla.
La propuesta es ambiciosa y va acorde a estos nuevos tiempos en donde el control de obra se da por medio de elementos modernos, con personal calificado y con el uso de softwares e inteligencia artificial especializados.
La columna vertebral de nuestra propuesta estriba en la mejora de los proyectos ejecutivos de obra pública, por medio de instancias modernas que controlen y resuelvan eficientemente los procesos que los constructores debemos recorrer.
De esta forma, proponemos la creación del Órgano Interno de Control, del Registro Único de Proveedores y Contratistas, del Sistema Digital de Compras Gubernamentales y Contratación de Obra Pública, del Banco Digital de Proyectos y por supuesto del uso de la firma digital, y por supuesto desempeñarnos como empresas socialmente responsables, entre las principales propuestas.
En Puebla, como en el resto del país, la evolución de las empresas en la obra pública es un indicador fehaciente del compromiso que tenemos hacia un futuro más eficiente y sostenible.
La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción en Puebla está comprometida, como órgano de consulta oficial de los tres niveles de gobierno, en apoyar a las empresas para que participen en la modernización de nuestra industria y que adopten prácticas responsables con el medio ambiente, promoviendo una cultura de sostenibilidad con responsabilidad social.
Este es sin duda, un reto que estamos dispuestos a asumir, porque en la construcción del futuro, todos somos responsables.