En COPARMEX Puebla estamos retomando un camino que empezó a trazarse hace 90 años por mujeres y hombres, que siempre han buscado fortalecer e incentivar el desarrollo económico de México desde su sector: el empresarial.
Todos ellos han luchado en distintas etapas para fomentar el crecimiento de las empresas y generar un entorno propicio para su crecimiento, esfuerzo que permitió apuntalar al sector como un referente dentro de la sociedad. En esta lucha hemos defendido de forma activa y pasiva el libre mercado; y gracias a esa política, nuestras empresas han prosperado y generado empleos y desarrollo para nuestro país. Es una política históricamente probada y aceptada. Pero también debemos ser reflexivos y reconocer que este mismo sistema ha propiciado una mayor desigualdad y una brecha generacional creciente en el acceso a oportunidades por la falta de un importante elemento: el desarrollo de las personas. Hoy debemos pasar del simple señalamiento a la proactividad para transformar la realidad de nuestra sociedad, y eso debe iniciar desde nuestra propia empresa, pasar del “decir” al “hacer”. Es momento de dejar atrás el concepto de empresario rico, el cual conlleva una visión utilitarista de las personas, para evolucionar al empresario digno y provocar en nuestros colaboradores deseos y aspiraciones lícitas, debemos facilitarles conocimiento y desarrollo no solo para su trabajo, sino para su vida diaria. El desarrollo humano debe ser integral, y debe abarcar todas las dimensiones de la persona humana: la física, la psicológica y la espiritual. Amigas empresarias y amigos empresarios, es momento de empezar a propiciar empresas prósperas, no solo en lo material, sino en el recurso humano. No se trata de renunciar a la libertad empresarial, sino de usarla de manera inclusiva y responsable; Tenemos la capacidad de generar riqueza, pero también un enorme compromiso de distribuirla mejor. La justicia social no es una responsabilidad exclusiva de un solo sector, es un desafío colectivo que requiere la participación de todos: empresarios, gobiernos, organizaciones sociales y civiles, y por supuesto la ciudadanía. Seamos cada día mejores empresarios al servicio de nuestra sociedad, nuestro legado será el desarrollo humano que impulsemos, las vidas que transformemos, el talento que fomentemos, y las oportunidades que generemos. Esta es la parte que nos toca, esa riqueza es la que realmente importa, la que trasciende en el tiempo y la que debemos heredar a nuestros hijos. Hagamos todo por lograr tener empresas prósperas y nosotros ser empresarios dignos.