Desde su estudio en una emblemática casa del siglo XVI, Fuentes de María nos sumerge en su universo creativo, donde la historia familiar, el amor por la naturaleza y la responsabilidad social convergen para dar vida a obras que impactan y trascienden fronteras.
ARTE COMO HERENCIA Y NECESIDAD
Esteban atribuye su conexión con el arte a una vena familiar de ornitólogos y pintores que han documentado la biodiversidad mexicana durante 200 años. Desde niño, encontró en la pintura una herramienta para expresarse, comenzando incluso antes de aprender a hablar. Su primera exposición, hace 25 años, marcó el inicio de una carrera que considera no como una profesión, sino como una necesidad vital. “Mi obra no busca conceptualizar; busca conectar. Me encanta que cualquiera pueda entender lo que pinto, sin importar edad, religión o ideología”, afirma. Esta filosofía lo ha llevado a ser un referente en las artes figurativas, haciendo accesible su trabajo a públicos diversos. Esteban considera que su responsabilidad como artista es transformar los espacios y dejar una huella positiva en la sociedad. Su estudio no es solo su lugar de trabajo, sino un epicentro cultural que conecta a las personas con la riqueza histórica y arquitectónica de Puebla. “Mi medio de trabajo se convierte en mi atmósfera, porque lo que veo y siento a mi alrededor define mi arte”, señala. Fuentes de María trabaja activamente en proyectos de impacto social, especialmente con niños, demostrando que el arte puede ser una herramienta poderosa para fomentar el cambio cultural y social.
LLEVAR MÉXICO AL MUNDO
A lo largo de su trayectoria, Esteban ha llevado su arte a diversos países, incluyendo Francia, Italia y Turquía. Recientemente, participó en la celebración de los 150 años de relaciones diplomáticas entre México e Italia y en un ambicioso proyecto en Turquía con Uriarte Talavera. “Viajar con mi obra me permite encontrar similitudes entre culturas aparentemente distintas. Es fascinante descubrir cómo el arte conecta valores y emociones universales”, comparte.
HERRAMIENTA DE CAMBIO
Para Esteban, el arte no es solo una forma de expresión, sino un instrumento para enriquecer la cultura y mejorar la sociedad. “Una persona que toca un instrumento jamás tocará un arma”, cita, destacando el potencial del arte para enfrentar los problemas sociales de México, desde la desigualdad hasta la falta de acceso a la cultura. Su compromiso quedó demostrado en 2017, cuando colaboró con 780 niños para revitalizar colegios públicos del Centro Histórico de Puebla. Este proyecto no solo embelleció los espacios, sino que transformó la percepción de los estudiantes sobre su entorno, fomentando un sentido de pertenencia y cuidado por su comunidad.
NUEVOS DESAFÍOS
Con proyectos ambiciosos para 2025, incluyendo su primera residencia en Italia y una exposición individual en Nueva York, Esteban continúa llevando su visión artística a nuevos horizontes. A sus 30 años, está decidido a seguir acercando la cultura a quienes más la necesitan, convencido de que el arte es clave para fortalecer la identidad mexicana.