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The DAISY Award CELEBRANDO A LAS ENFERMERAS QUE TRANSFORMAN VIDAS CON AMOR Y COMPASIÓN

Hay labores que no solo curan el cuerpo, sino también el alma. En el hospital, cada enfermera tiene un papel fundamental, uno que, en medio de la enfermedad y el dolor, aporta consuelo, seguridad y, a veces, esperanza. DAISY Award, un reconocimiento que nació del agradecimiento y la compasión, da voz a esas historias de entrega, de las que son testigos los pacientes y sus familias en momentos de absoluta vulnerabilidad. Este premio es un homenaje sincero al trabajo extraordinario de quienes, día a día, extienden sus manos para sanar mucho más que heridas visibles.

En Puebla, las ceremonias del DAISY Award de los hospitales Christus Muguerza: Upaep y Betania no solo celebraron a las enfermeras, sino que se convirtieron en espacios donde las emociones y las historias de vida compartidas tejieron una red de agradecimiento profundo. Aquí, donde la compasión es más que una palabra, las enfermeras nos recuerdan que su trabajo está lleno de desafíos, pero también de una pasión que es difícil de describir con palabras. Sus historias, contadas con honestidad y una humildad que conmueve, son un recordatorio de que, en cada gesto, cada palabra y cada caricia, se expresa la fuerza de un amor que no espera nada a cambio.

UN TRIBUTO A LA VOCACIÓN DE CUIDAR 

El DAISY Award nació con la familia de J. Patrick Barnes, un joven que falleció a los 33 años debido a una enfermedad autoinmune. La familia de Patrick, al ver la dedicación y ternura con la que las enfermeras lo cuidaron en sus últimos momentos, encontró una manera de agradecer ese amor que se entrega sin reservas: crear un premio que honrara la labor de esas enfermeras y enfermeros que, sin pedir nada, lo dan todo. Hoy, en más de 30 países, el DAISY Award se ha convertido en un símbolo de gratitud. Es la forma en la que aquellos que han sido tocados por la entrega de una enfermera o un enfermero expresan su más sincero agradecimiento. En cada ceremonia, en cada nominación, se relatan historias de compasión y humanidad que, lejos de ser actos de rutina, son gestos de bondad que alivian el dolor, infunden esperanza y recuerdan que en cada enfermera hay un corazón que late con fuerza por el bienestar de otros.

 CONMEMORACIÓN EN PUEBLA 

En Puebla, los eventos de Betania y Upaep, llenaron el ambiente de emociones intensas. La Directora de Enfermería de Christus Muguerza, Martha Inés Ruiz Chávez, junto con el Director de Christus Muguerza Región Centro, José Arturo Ugalde Elías, estuvieron presentes en este momento tan especial. Pero los verdaderos protagonistas fueron aquellos cuyas historias, contadas con sencillez y honestidad, dejaron una profunda huella en todos los asistentes. Las enfermeras compartieron no solo sus experiencias, sino también los momentos de vida que han forjado su vocación y el amor por la profesión. La enfermera Brenda García, una de las galardonadas, explicó cómo el DAISY Award es, en sí mismo, un motor que impulsa a las enfermeras a dar más de sí cada día. Para Brenda, ser enfermera es una extensión de su amor y dedicación como madre, y a pesar de las exigencias de su vida personal, ella ve en cada paciente una oportunidad de hacer una diferencia.

HISTORIAS QUE TOCAN EL CORAZÓN 

Cada una de las enfermeras galardonadas compartió su historia desde el alma, recordándonos que su trabajo va mucho más allá de procedimientos y protocolos médicos. La enfermera Jocelin Suárez recordó a un paciente que, en medio de la adversidad, encontró en sus cuidados un alivio. Su voz tembló al recordar cómo esa conexión con su paciente le dio sentido a su trabajo, incluso en días en que el cansancio parecía insuperable. Para Lizeth Melchor, el desafío más grande de ser enfermera es enfrentarse al dolor ajeno. “El desafío más grande siempre es enfrentarte ante el sufrimiento de una persona y a veces no saber qué decir o qué hacer, pero siempre encuentras una luz al final del camino para poder alentarlos a seguir adelante con lo que tienen, con su vida y con lo que viene”, confesó Lizeth. Al recordar a una paciente que la nominó, Lizeth reconoció que el DAISY Award es también un momento para reconciliarse con su propia humanidad. “Este premio es un recordatorio de que en cada gesto de cuidado dejamos una marca que va más allá de las heridas visibles. Nos enseñamos a ser mejores para nuestros pacientes y también para nosotras mismas”, añadió. 

EL PODER DE AGRADECER 

El DAISY Award invita a los familiares y amigos de los pacientes, a los médicos y colaboradores, a compartir sus historias de agradecimiento hacia una enfermera o enfermero que, con su cuidado, haya marcado sus vidas. Estas nominaciones son más que palabras; son fragmentos de historia que narran momentos en que la vida y la muerte, la salud y la enfermedad, convergen. Un comité especial revisa estas historias a ciegas, y cada historia es un recordatorio de que el trabajo de una enfermera tiene un impacto que trasciende más allá de la jornada laboral.

RECONOCIMIENTO QUE CAMBIA VIDAS 

El DAISY Award ha demostrado ser mucho más que un reconocimiento profesional. Este premio tiene un impacto real y tangible en la vida de las enfermeras y en el ambiente de trabajo de los hospitales. Estudios demuestran que el reconocimiento significativo fortalece el espíritu de equipo y mejora la retención y la satisfacción laboral. Pero, para las enfermeras que lo reciben, el DAISY Award es una reafirmación de que cada sonrisa, cada palabra de aliento y cada gesto de cuidado, tiene un valor incalculable. Para Luz de Abril, el DAISY Award es un recordatorio de que ser enfermera va mucho más allá de lo técnico. “Cada paciente que atendemos es un universo en sí mismo. Saber que ellos valoran nuestro trabajo, que ven en nosotras algo más que una profesional, me llena de orgullo y me da fuerza para seguir adelante”, compartió Luz. Su historia con una paciente joven que se encontraba deprimida es un reflejo de cómo una enfermera puede ser, a veces, el único motivo de esperanza en medio de un diagnóstico desalentador.

 ESCULTURA HEALER’S TOUCH: SÍMBOLO DE SANACIÓN 

Cada enfermera homenajeada recibe la escultura “Healer’s Touch”, una pieza tallada a mano por artistas de la tribu Shona en Zimbawe. Esta figura representa el toque sanador que toda enfermera lleva en sus manos, un toque que va más allá de la medicina, alcanzando el corazón de cada paciente. Además, en cada ceremonia se comparte un rollo de canela, el postre favorito de Patrick Barnes, como un símbolo de la conexión humana que hizo posible este premio.

CUIDAR CON EL ALMA 

Para Martha Hernández, el DAISY Award no es solo un reconocimiento, sino una reafirmación de su vocación de vida. “Este premio es una forma de decirnos que nuestro trabajo tiene valor, que somos reconocidas por algo que hacemos desde el corazón”, comentó Martha. Su historia de vida, llena de desafíos y sacrificios, ilustra la dedicación que muchas enfermeras comparten, aquellas que, pese a la carga de trabajo, el cansancio y la distancia, nunca dejan de ver en sus pacientes a una persona que merece ser tratada como familia. 

COMPROMISO CON LA HUMANIDAD 

El DAISY Award es más que un premio; es un recordatorio de que, en un mundo cada vez más acelerado, existen personas que dedican su vida a cuidar a los demás con un amor profundo y sincero. En Puebla, las ceremonias de este premio en Betania y Upaep revelaron una vez más la esencia de la enfermería: el compromiso con el bienestar del otro, la entrega sin reservas y la compasión en su estado más puro. Las historias compartidas por estas enfermeras nos muestran que en cada uno de sus cuidados hay un acto de humanidad que trasciende el deber. Este premio, nacido de la gratitud de una familia que perdió a un ser querido, se ha convertido en una celebración mundial de la empatía y el amor por el prójimo. Y así, en cada ceremonia, en cada nominación, en cada reconocimiento, el DAISY Award nos recuerda que la compasión y el cuidado son regalos que cambian vidas, y que las enfermeras, con su toque sanador, hacen del mundo un lugar más humano, un cuidado a la vez.