El proceso electoral del 2024 va a requerir un análisis profundo; desde la intervención descarada por parte del presidente, la reducción de presupuesto al INE, los programas sociales, el crimen organizado, la efervescencia ciudadana con su cara más visible en inmensas manifestaciones por todo el país, hasta el “trabajo” que hizo la oposición en favor de su candidata presidencial.
Análisis que requerirá de unas botellas de vino, amigos con los que discutir sabroso y una caja de habanos. Algo que seguro haremos, sólo que ahora hay otros temas que ya podemos analizar con la información que tenemos. En primer lugar, la gran apuesta de la Coparmex era por la participación ciudadana, con una meta entre el 63% y el 70%. Puebla alcanzó el 66%, así que sin duda estamos satisfechos con este resultado. Segundo, sabíamos que el domingo, la mayoría de los ciudadanos decidiríamos el modelo de país que tendremos en los próximos años y aunque el resultado podría ser esperado, no podemos negar que la diferencia de votos entre las dos candidatas fue muy superior a lo esperado. México decidió el modelo de país que quiere para los próximos 6 años, un modelo ganador sobre el cual hay mucho que reflexionar y entender. Por primera vez en la historia, nuestro país será gobernado por una mujer y será la figura presidencial con mayor concentración de poder en los últimos 40 años. Tal concentración de poder en cualquier persona o partido nos debería preocupar a todos, y a aquellos que, por alguna razón ideológica, política o de conveniencia les tiene sin cuidado, quizás deberían darse un paseo por la historia y ver lo mal que esta receta resulta para la ciudadanía en general. Una concentración de poder de esta magnitud también preocupa a los mercados e inversionistas nacionales y extranjeros, como lo vienen mostrando desde el lunes 3 por la mañana. Y aunque el equipo de la presidenta electa, en un principio logró atajar el tema, y transmitir calma al mundo financiero, 3 Doritos después viene el coordinador Morenista en San Lázaro a declarar que Morena haría uso de su poder ilimitado en el primer minuto que lo tengan, sin mayor reflexión y sólo porque pueden, palabras más, palabras menos. Obviamente, también el presidente puso su granito de arena, no se podía quedar atrás, para que el tablero de los indicadores financieros volviera a rojo. Ante esta situación los únicos contrapesos legítimos se encuentran en los organismos ciudadanos, empresariales, colectivos, etc., que tienen la responsabilidad de asumir posiciones legítimas, firmes y congruentes. Vamos a ver si todo lo que se vino construyendo previo a la elección puede mantenerse y vertebrarse de forma que nos permita manifestar opiniones, hacer escuchar propuestas, sumarnos a las políticas y acciones de cualquier partido o corriente política que impulsen un desarrollo inclusivo para el país y cuando así se requiera oponernos con firmeza, argumentos, valor e inteligencia. Yo sí apostaré a que la autoridad entienda que una sociedad viva, organizada, con objetivos y abierta al diálogo permanente con la autoridad nunca es un opositor, por el contrario, es un contrapeso legítimo, que sin duda transmite tranquilidad a los inversionistas y mercados. Los primeros mensajes de la Dra. Sheinbaum ha sido de moderación, incluyentes, ha mencionado que buscará el diálogo con todos y entiende que el país es plural. Un mensaje que, si es acompañado por sus propios compañeros de partido y políticos, puede tranquilizar a los inversionistas y mercados. Hoy el mundo nos mira y está atento a lo que nos sucede, estamos ante la oportunidad de convertirnos en el mejor lugar para invertir y con ello impulsar el desarrollo inclusivo en nuestro país. Ya pasó la elección, hoy toca trabajar, sumar, dialogar, reconciliar y construir, que México nos necesita a todos y nos necesita unidos. ¡Hasta la próxima y que Dios reparta suerte!