NEARSHORING: LA GRAN OPORTUNIDAD PARA MÉXICOEN SU RELACIÓN COMERCIAL CON ESTADOS UNIDOS
Gabriela Mejía 11 septiembre, 2024En los últimos años, México ha emergido como un protagonista en la estrategia global de nearshoring, tendencia que implica el traslado de manufactura y servicios más cerca del mercado consumidor, en este caso, Estados Unidos. Esto se ha acelerado por las restricciones comerciales del gobierno americano a China y la posibilidad de que Donald Trump, quien prometió aumentar los aranceles a las importaciones chinas más de un 60%, regrese al poder. Para México, es una oportunidad única que podría transformar su panorama económico y comercial.
Recientemente, empresarios de la Cámara de la Industria Textil de Puebla y Tlaxcala participaron en una misión comercial en Nueva York, organizada por la United States-Mexico Chamber of Commerce. Visitaron empresas textiles para explorar oportunidades de negocio. Sin embargo, fue evidente que los empresarios neoyorquinos están acostumbrados a los procesos y precios de Asia, lo que plantea un reto más para México: ser competitivo en un mercado que valora tanto la eficiencia como el costo. Una de las ventajas del nearshoring es la reducción de costos y tiempos de transporte. La cercanía de México y Estados Unidos permite a las empresas estadounidenses minimizar los gastos en logística y responder ágilmente a las demandas del mercado. Además, los acuerdos comerciales como el T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) facilitan el intercambio de bienes y servicios, proporcionando un marco regulatorio que favorece la inversión extranjera. En este contexto, las restricciones de Estados Unidos a China han creado incertidumbre para las empresas que dependen de la manufactura asiática. Aranceles altos y barreras regulatorias han elevado los costos y riesgos de la importación de productos chinos. Muchas compañías han buscado alternativas más seguras. México, con su robusto sector manufacturero, mano de obra calificada y costos competitivos, es una opción atractiva para estas empresas. Sin embargo, para capitalizar esta oportunidad, los empresarios mexicanos deben ofrecer un valor agregado más allá de los bajos costos, como mejoras en la calidad de los productos y el desarrollo de tecnologías avanzadas. El nearshoring también impulsa el desarrollo económico local. Las nuevas inversiones pueden generar miles de empleos, fomentar la transferencia de tecnología y elevar la calidad. Para ciudades como Puebla, que tienen una infraestructura industrial bien desarrollada, es una oportunidad dorada para atraer inversiones y fortalecer su posición como un hub manufacturero clave en la región. Recientemente, Claudia Sheinbaum ganó las elecciones presidenciales en México, y como consecuencia, el peso mexicano ha perdido valor frente al dólar, superando los 18 pesos por dólar. Si esto se mantiene, beneficiaría a las exportaciones mexicanas, ya que sus productos serán más competitivos en precio y esto puede ser un incentivo más para que las empresas estadounidenses consideren a México como un socio estratégico para la manufactura. La posible reelección de Donald Trump, con su promesa de aumentar los aranceles a China, también es una oportunidad para México. Si bien podría significar mayor volatilidad en las políticas comerciales de Estados Unidos, también favorecería que México se consolide como una alternativa viable para la manufactura y los servicios. La clave para capitalizar las ventajas del nearshoring radica en que las empresas mexicanas inviertan en tecnología, mejoren sus procesos productivos y adopten prácticas sostenibles. Asimismo, el gobierno debe fortalecer su infraestructura, simplificar los trámites burocráticos y ofrecer incentivos fiscales para atraer más inversiones extranjeras. Con el nearshoring crecerá la demanda de profesionales altamente calificados en la ingeniería, la logística y la tecnología. En conclusión, el nearshoring es una oportunidad sin precedentes para México. Sin embargo, para aprovecharla, es necesario actuar con rapidez, invertir en innovación y capacitar a la mano de obra. Solo así, podrá transformar esta coyuntura en un motor de crecimiento económico sostenible y de largo plazo.