Un abogado corporativo o de empresa, es indispensable, a fin de guiar a las empresas a través de un mundo cada vez más globalizado, destacando por su amplio conocimiento en marcos legales y regulatorios, proporcionando una asesoría jurídica especializada y esencial para que dichas empresas actúen dentro de los límites que la misma ley señala.
Cada vez es más frecuente, que las empresas o negocios subestimen la presencia e importancia de un abogado corporativo, por ende, es vital que cuenten con uno de “base”, a fin de que, ponga especial atención a los problemas que puedan suscitarse en el día a día dentro de las operaciones de las empresas.
El objetivo es proteger sus intereses y patrimonio, pero sobre todo predicar con la cultura de la prevención, es decir, mitigar cualquier tipo de conflicto jurídico en el que pueda verse involucrada la empresa.
Dentro de las responsabilidades que tiene el abogado corporativo de una empresa se encuentran las de asesoría en ámbitos laborales, fiscales, administrativos, de gobierno y de propiedad intelectual o industrial e incluso temas de derecho notarial en caso de disolución de la empresa o por qué no, la fusión con otra o transacciones comerciales que pudiera llegar a tener, siendo la columna vertebral de éstas los contratos que pudieran celebrar.
Para ello es importante tener un amplio conocimiento en la legislación nacional e internacional, como base para la celebración de posibles alianzas estratégicas o comerciales.
Como todo buen abogado corporativo, lo primero que recomiendo a empresas que están arrancando o empiezan a realizar operaciones, es verificar sí su marca, se encuentra registrada ante el instituto mexicano de la propiedad industrial a fin de proteger la imagen y sello característico de la misma.
Una vez obtenido el registro de marca, viene la constitución de la misma ante la fe de notario público o corredor público, brindando certeza de que todas las operaciones estarán siempre reguladas bajo el marco normativo vigente.
No podemos dejar de lado el aspecto laboral, al ser un derecho social, es indispensable que tanto la empresa como los trabajadores o colaboradores tengan certeza de que sus derechos serán respetados, protegidos y salvaguardados, brindando en todo momento asesoría y prevención de posibles demandas que pongan en peligro el patrimonio de la misma.
Incluso evitar algún proceso sancionador por parte de la secretaría del trabajo, profedet o cualquier autoridad laboral.
Es así que, con el objetivo de cuidar los intereses y patrimonio de cualquier empresa, es indispensable que cuenten con un abogado corporativo, que vele por el bienestar de la misma, brindando en todo momento certeza jurídica con el objetivo de estar preparados y protegidos contra desafíos legales imprevistos.