En la clase de física aprendimos la fórmula de la velocidad: es igual a la distancia entre el tiempo. Así sabes la velocidad a la que debes ir para llegar del punto A al punto B. Si esto lo aplicas a tu negocio, es de gran interés saber cuánto tiempo te llevará alcanzar tus metas. Para ello hay que despejar el tiempo de la fórmula y resulta igual a la distancia entre la velocidad.
ANALICEMOS CADA UNO DE LOS ASPECTOS:
- El Punto A, el lugar donde estás en este momento. Para ello requieres diagnosticar de forma que sepas la realidad: dónde te encuentras y cómo estás; cuáles son las circunstancias que te rodean, los hechos concretos que estás viviendo. Un buen diagnóstico te lleva a la OBJETIVIDAD, a evitar hacer supuestos con poco fundamento y precipitarte.
Las cualidades que requieres para ello son claridad y profundidad. Debes quitar datos e información que no es relevante y llegar a lo que te sirve para tomar una buena decisión. “Oír todas las campanas” dice el dicho popular, es decir, saber escuchar a los que tienen algo que aportar. También es saber observar y preguntar a quién puede darte un buen consejo.
- El Punto B, a dónde vas. Es fundamental que tengas claras tus metas, de lo contrario puedes trabajar mucho y estar como el ratón que da vueltas y vueltas a la rueda sin avanzar a ningún sitio, o estar en alta mar en una buena embarcación, pero sin destino: una nave así es muy posible que naufrague. Es característica del dueño de empresa VISUALIZAR.
Para ello requieres una cualidad que se llama Previsión. Como su nombre indica es ver antes, imaginarte los distintos caminos para llegar al destino y tratar de ver los retos específicos de cada uno. En la medida en que generes más caminos posibles, más alternativas, puedes tomar mejores decisiones.
También requieres proponerte metas altas, entusiasmantes, atractivas, para que te motives y motives a tu equipo. Luego deberás traducir esa visión y objetivos en metas SMART.
- El inicio o arranque. Si el objetivo es valioso, como dueño de negocio transmitirás la pasión que sientes a tus colaboradores y los motivarás a soltar amarras y emprender la travesía. El equipo y tú deben estar llenos de CONFIANZA en que llegarán al destino.
En este punto debes generar motivación y compromiso en ellos, junto con el orden y disciplina que se requiere para alcanzar la meta.
- El reto. El entusiasmo inicial empieza a disminuir debido a que surgen problemas y dificultades y todavía falta medio camino para llegar al destino. El cansancio que produce el esfuerzo se hace más patente. Es el momento de la FORTALEZA.
Tu liderazgo debe surgir con toda plenitud para recordar al equipo que están avanzando, que hay retos, pero llegar a la meta requiere seguir adelante. Debes dar seguridad y consejo para ayudar a vencer los obstáculos que se hacen presentes.
- El logro. Ya estás a punto de llegar, pero no puedes disminuir el esfuerzo: debes culminar y así coronar la meta. Como dueño de negocio requieres HUMILDAD.
Debes reconocer que el logro no es mérito sólo tuyo, sino que se debe a un trabajo en equipo. Tampoco debes perder el enfoque y conformarte con lo obtenido: es el momento analizar las habilidades y conocimientos que has desarrollado tanto tu como tu equipo, y de formular nuevos objetivos.
En la medida que mejores la objetividad, el visualizar, saber confiar en ti y tu equipo, ser fuerte para vencer los obstáculos y tener humildad, podrás avanzar más rápido en el logro de tus sueños como persona y como empresario.