Dicen que la historia del mundo está llena de genios fracasados, pero yo estoy convencido de que simplemente está llena de genios que no supieron vender. Tú puedes concebir la idea más brillante y tener el capital para comenzar a producir, pero si no vendes, no hay negocio; aquel chispazo se convierte en otro sueño que se pasó al lado oscuro de las pesadillas. En cambio, si sabes vender, tendrás certeza en los negocios.
Si piensas que estoy diciendo la cosa más trivial del universo, tienes razón, pero, entonces, ¿por qué tantos negocios fracasan por no saber vender? Muchas veces los empresarios estamos ciegos ante lo básico por tener la mente en la cima.
Quita de tu mente la duda de si el vendedor nace o se hace; eso sí es un concepto trillado.
El vendedor se forja como la hoja de una espada, al igual que cualquier otro profesional, requiere de preparación específica en cinco ámbitos:
- Trabajar en sí mismo: mente, espíritu, físico y emociones.
- Conocer a fondo el mercado de su producto o negocio.
- Dominar eficazmente las técnicas y cierres de venta.
- Desarrollar un networking poderoso.
- Dominar procesos administrativos y financieros.
Una vez que tengas claros estos puntos, debes dominarlos con la práctica. A esa persona que ha subido la escalera del éxito conociendo cada escalón en todas sus dimensiones, yo le llamo BlackSeller.
Las fuerzas de ventas deben estar formadas por Blacksellers: vendedores automatizados, con el objetivo claro de realizar una gran prospección mensual y tener una tasa de conversión mayor al 50%, es decir, que, de cada diez prospectos, cinco se conviertan en clientes. Estos son los indicadores clave de rendimiento (KPIs) que sí dependen del todo de los vendedores, de nadie más.
El éxito en estos dos factores traerá la conquista de la meta de facturación; ésta debería de ser la preocupación y el enfoque de los vendedores automotivados, pues los llevará a mejorar el negocio.
Tú, como empresario, debes estar consciente de que todos estos factores no van a ocurrir por decreto; debes capacitar a tu gente, preocuparte por su desarrollo, atender a tu proceso de selección de personal y procurar un liderazgo basado en técnicas vanguardistas.
Los negocios dependen de la gente, por lo que desde el CEO hasta el trabajador de menor rango en la compañía deben tener las tres “aes”:
Actitud, Aptitud y Acción.
Esto generará los efectos esperados, junto a la Filosofía 360 para la dirección del negocio, la cual plantea implementar 18 acciones para generar resultados, es decir, encontrar siempre 18 respuestas o caminos para cada problema o estrategia. Esta metodología promueve la creatividad y desarrolla en los ejecutivos la capacidad para encontrar las mejores opciones a la hora de solucionar un contratiempo.
Para escribir una historia de éxito, es esencial establecer objetivos exponenciales, es decir, crecer el negocio al doble o triple cada año; ésa es una de las filosofías más importantes que debe ejercer un CEO.
En las universidades nos enseñaron a establecer objetivos de manera clara, medible, alcanzable y realista y, por eso, cuando hablamos de crecimiento exponencial, nos suena a una locura.
Cuando te das cuenta de que esa locura es un cambio revolucionario y experimentas el crecimiento, la vida te cambia y tus negocios crecen de forma extraordinaria.
¿Crees que los grandes empresarios en el mundo establecen objetivos para crecer 20% al año? No. Fijan metas de crecimiento 3X o 10X, y eso es una locura, es una genialidad.
Prepárate y conviértete en un vendedor profesional, en un BlackSeller. Desarrolla un equipo de seres humanos poderosos que se dediquen a las ventas. Establece objetivos de exponenciales y aplica actitud, aptitud y acción.
Ningún negocio nació grande, ningún genio nació triunfador; todos necesitaron de un gran equipo de ventas.
¡Nos vemos pronto, BlackSeller!